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Respuesta:
según cuenta la leyenda esta enclavada en lo que antes fue una enorme laguna, que por esas cosas del destino se secó para dar espacio al hombre, y la mejor muestra de esa versión es la Piedra del Sapo.
La tradición cuenta que, efectivamente, un sapo intentó escapar por una empinada ladera y quedó petrificado para en el futuro servir de sustento a las narraciones de un sabio que luce canas y muestra orgullosos sus arrugas, mientras cuenta la historia de la Piedra Yamaruma o Gigante Sapo de Piedra .
Y estamos hablando del distrito de Santa Rosa, ubicado en la provincia de Pallasca Áncash, que cada 20 de agosto, miles de pobladores celebran de manera peculiar su fiesta patronal en honor a la santa patrona, que tiene como día central el 30 de este mes.
Fechas donde se entremezclan los olores de la sierra y la costa, la patasca, el estofado de carnero y el tradicional rachi rachi (que es un sancochado a base de vísceras de carnero) delicioso como ningún otro potaje.
Gastronomía que se entremezcla con el jolgorio de miles de fieles que en estas fechas se rinden ante su Santa Patrona, cuya imagen recorre entre hombros calles de adobe y balcones de los pueblos que guarda en su regazo.
En la fiesta también es peculiar la pelea de toros que se contrasta con la lucha entre carneros, animales que en el ruedo demuestran su fortaleza, perseverancia y fuerza, características que salvaguardando las diferencias han sido heredadas a través del tiempo en sus pobladores.
Respuesta:
En un pueblecito de Pasco habitaba cierta anciana
que cosechaba las mejores y más grandes papas de la
población.
Era en época de la cosecha y la vieja estaba muy contenta,
porque sabía que era la única que iba a obtener mayor
cantidad de papas. La cosecha del primer día la tenía
almacenada en un rincón de la casa, en su chacra. Entonces,
sin que ella lo esperara ni soñara, y aprovechando de
la luz de la Luna, un sapo enorme y atrevido fuese donde
estaban arrinconadas las deliciosas papas. Escogió la mejor
que había, una muy grande y arenosa, y se puso en
seguida a comerla.
Cuando el sapo había comido ya más o menos la mitad
de la papa, la vieja, que estaba durmiendo, se despertó, y
levantándose fue a ver lo que ocurría. Al divisar que alguien
arruinaba sus papas, se acercó, y viendo de lo que
se trataba, como era medio bruja, le echó al sapouna maldición,
diciéndole que se convirtiera en una piedra. Acto
seguido, oyose un estruendo feroz, se desencadenó una
terrible tempestad de viento, que arrancaba los árboles de
sus raíces, y en general causaba mil estragos.
Uno de esos vientos se llevó consigo al pobre sapo,
quien fue volando primero muchos kilómetros, hasta que
se quedó colgado en lo más alto de una inmensa peña.
Cuando después se vio al sapo, se constató que en realidad
se había convertido en piedra; pues hasta hoy se lo puede
ver en ese lugar.