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Hola! Yo soy Rosy. Viví en el campo cuando era niña. Fue un excelente momento de mi vida. Recuerdo que un día iba al río porque era mi lugar favorito para nadar. Mientras caminaba, vi a una niña. Ella era muy hermosa con su largo cabello negro. Ella estaba llorando. Inmediatamente corrí hacia ella y, a medida que me acercaba, se levantó y se escapó. Corrí más rápido para alcanzarla. Cuando finalmente me acerqué a ella, se volvió y pude ver que su rostro estaba lleno de cicatrices. Grité como loca y regresé a mi casa. Le conté la historia a mi mamá y ella me contó que le pasó a chicas como yo que no escuchaban a sus madres. Mi mamá siempre me decía que no fuera sola al río, pero nunca le presté atención. Era mi lugar favorito y me divertí mucho allí. Sin embargo, aprendí la lección. Entonces, ¡los niños siempre escuchan a su madre! Realmente no sé cómo, pero siempre saben qué es lo mejor para nosotros
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