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Respuesta:
Esta historia es una de varias en las que los israelitas que se quejaron de Moisés:
• Con el Mar Rojo por delante y los soldados egipcios acercándose por detrás, los israelitas se quejaron que Moisés les había sacado de la esclavitud en Egipto solo para morir en el desierto – diciendo que hubiera sido mejor haber permanecido esclavos (14:11-12).
• Entonces, en Mara, se quejaron porque el agua estaba amarga (15:24).
• Se quejaron que debían haberse quedado en Egipto donde tenían bastante que comer, porque en el desierto pasaban hambre (16:2-3).
En cada uno de estos casos, Yahvé les dio lo que necesitaban. Sin embargo, parece que aún no han aprendido que Yahvé está con ellos y que proveerá por ellos. Nunca aprendieron a confiar en Yahvé – o en los siervos de Yahvé, Moisés y Aarón. Nunca aprendieron la lección de la fe.
En Números 20:1-3 hay una historia parecida (véase también Salmo 78:15-16) – pero hay diferencias importantes entre esa historia y ésta. En la historia de Números, Yahvé le dijo a Moisés que le hablara a la roca en vez de darle con la vara. Pero aquí Moisés pegó la piedra con la vara en lugar de hablarle, y como consecuencia de su desobediencia, se le negó entrar a la Tierra Prometida.
Pablo menciona esta historia en su primera epístola a los corintios. Dice que los israelitas “todos comieron la misma vianda espiritual; Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo. Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en el desierto” (1 Corintios 10:3-5).
La “comida espiritual” de Pablo es una referencia obvia al maná, comida física de una fuente espiritual. La referencia a la “pierda espiritual,” equiparada con Cristo, es más complicada. Las escrituras hebreas a menudo se refieren a Dios como una piedra (Génesis 49-24; Deuteronomio 32:4, Salmos 18:31; 62:2, etcétera). Pablo no solo aplica la metáfora a Cristo, pero también dice que Cristo estaba con los israelitas en el desierto. Su punto principal, sin embargo, es que la desobediencia de los israelitas fue la causa de su castigo. Escribe a la iglesia en Corintio, la cual tiene miembros culpables de muchos pecados, y les alienta para que no repitan el error que cometió Israel – el pecado de Israel.
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