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Respuesta:
Modelos de narración breve de la Antigüedad:
las Historias increíbles de Paléfato,
Heráclito y el Anónimo Vaticano1
José B. Torres
Universidad de Navarra
I. Planteamiento
A lo largo del siglo XX alcanzó gran desarrollo una forma mínima
de narración a la que habitualmente se conoce como microcuento
o microrrelato. «El dinosaurio» de Augusto Monterroso («Cuando
despertó, el dinosaurio todavía estaba allí») es un ejemplo clásico
de este tipo narrativo sobre cuya definición se han planteado numerosísimas discusiones. Por nuestra parte no ensayaremos una
nueva definición sino que nos limitaremos a proponer tres parámetros con los que intentamos acotar el género:2
• el microrrelato se caracteriza por su brevedad intencionada y
su concisión;
• el microrrelato presenta una expresión esencial que lo aproxima a la poesía;
• el microrrelato posee además un carácter sorpresivo logrado
generalmente a través de la elipsis.
Desde el punto de vista cronológico se suele entender que el microrrelato nace en el S. XIX y alcanza un alto grado de desarrollo en
el XX, sobre todo en su segunda mitad. Por ello llama la atención
que alguna antología de microrrelatos incluya ejemplos tomados
de las literaturas de la Antigüedad como la historia del hombre1 Trabajo escrito en el marco del proyecto de investigación «Graecia
capta. El influjo de la literatura latina en la cultura y literatura de Grecia
(II)», financiado por el Ministerio Español de Educación y Ciencia (HUM
2007-60515 / FILO). Queremos manifestar nuestro agradecimiento a las
doctoras Lluch y García Ruiz (Universidad de Navarra) por la atención con
la que leyeron versiones previas de este estudio. 2 Para introducirse en la discusión sobre la delimitación de este tipo
literario, cfr. D. Lagmanovich, El microrrelato: teoría e historia, Palencia,
2006.
Studia Philologica Valentina
Vol. 12, n.s. 9 (2010) 139-157
140 José B. Torres
lobo integrada en el Satiricón de Petronio (LXII).
3 Lo cierto es que,
si confrontamos un relato como éste con los parámetros antes propuestos, salta a la vista que entre la narración de Petronio y el
microrrelato actual existen diferencias significativas. Es cierto que
el texto de Petronio presenta la marca de brevedad;4 ahora bien,
no se ha de pasar por alto el hecho de que lo que cuenta el autor
romano forma parte de una unidad textual mayor, a diferencia de
lo que acontece en el caso del microrrelato. De otra parte el rasgo
referido a la «expresión esencial» no parece de aplicación al caso de
Petronio; de la lectura de su texto no se deduce que éste se halle
«próximo a la poesía»5 ni que presente rasgos de polisemia según es
el caso en los géneros poéticos o los microrrelatos de la actualidad:
forte dominus Capuae exierat ad scruta scita expedienda.
nactus ego occasionem persuadeo hospitem nostrum ut mecum ad
quintum miliarium veniat. erat autem miles, fortis tamquam Orcus.
apoculamus nos circa gallicinia, luna lucebat tamquam meridie.
venimus inter monumento: homo meus coepit ad sételas facera, sed
ego <pero> cantabundus et sételas numero (Petrona. LXII 1-4).
No obstante es verdad que esta historia que comentamos sí posee un carácter sorpresivo; pretende impresionar a sus receptores
(narratorios)6 primarios, los convidados de Trimalción, y que este
objetivo se cumple lo indica el propio texto: atomitos admiraciones
universos... (LXIII 1). Pero lo sorprendente de la historia no deriva
de la elipsis o de cómo se administre la información que el receptor
recibe. Lo sorprendente surge de la propia materia del relato que
en realidad es un cuento (fabula, LXI 5) de miedo, como también lo
será seguidamente (LXIII) la historia de brujas que refiere el propio
Orimulsión. Los teóricos de la literatura entienden
Explicación: