Respuestas
La cloración es un medio sencillo y eficaz para desinfectar el agua
y hacerla potable. Consiste en introducir productos clorados (pastillas
de cloro, lejía, etc.) en el agua para matar los microorganismos en
ella contenidos. Normalmente, tras un tiempo de actuación de unos 30
minutos, el agua pasa a ser potable. Gracias al efecto remanente del
cloro, continúa siéndolo durante horas o días (en función de las
condiciones de almacenamiento).
Este procedimiento se utiliza desde hace varias décadas. En las grandes redes de distribución de agua potable se añade cloro al agua para que no se contamine durante el transporte desde la planta de tratamiento hasta el usuario. Por otro lado, la cloración se utiliza a escala individual, familiar o colectiva en muchos países desarrollados donde el agua disponible es susceptible de estar contaminada. También la utilizan los organismos de solidaridad internacional en situaciones de emergencia.
3) ¿Por qué ?El tratamiento del agua por cloración permite eliminar de forma sencilla y poco costosa la mayor parte de los microbios, las bacterias, los virus y los gérmenes
responsables de enfermedades como la disentería, las fiebres tifoideas y
el cólera. No obstante, es incapaz de destruir ciertos microorganismos
parásitos patógenos. La cloración, por tanto, desinfecta el agua, pero no la purifica por completo.
La cloración es adecuada siempre que las fuentes de agua carezcan de la calidad suficiente y se disponga de productos clorados adaptados.
5) ¿En qué consiste este procedimiento ? ¿Cómo se pone en práctica ?Al igual que sus derivados clorados, el cloro es un potente oxidante
que al mezclarse con el agua quema en media hora las partículas
orgánicas en ella contenidas, especialmente los virus patógenos y los
microbios.
Aunque se necesita una cantidad importante de cloro para
neutralizar esta materia orgánica, solo hace falta una parte, el
denominado cloro residual libre, para tratar posibles contaminaciones posteriores del agua en la red o las viviendas. Según la OMS, la concentración de cloro libre en el agua tratada debe estar entre 0,2 y 0,5 mg/l.