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A pesar de ocupar sólo 1.4% de la superficie terrestre, México alberga entre el 10 y 12% de las especies de fauna y flora que existen en el planeta, lo que nos convierte en uno de los 5 países megadiversos, es decir, con mayor diversidad biológica del mundo, algo que tenemos que presumir en este Día Internacional de la Biodiversidad, pero que nos obliga a actuar para preservar esta enorme riqueza que es de todos.
La gran biodiversidad de México se debe a su privilegiada posición geográfica, la variedad de climas y su compleja topografía, que han propiciado las condiciones para que existan gran cantidad de ecosistemas en el territorio nacional, en los que viven miles de especies de fauna y flora, con una amplia variabilidad genética.
Cabe destacar que sólo Indonesia y Brasil tienen descritas más especies de mamíferos que México; y que tenemos más reptiles que cualquier otro país del mundo, únicamente después de Australia.
Somos junto con China, India, Perú y Colombia, uno de los 5 países con mayor variedad de ecosistemas; prácticamente todos los tipos de vegetación terrestre se encuentran en nuestro territorio y algunos como los humedales de Cuatro Ciénegas en Coahuila, sólo se encuentran en México.
Nuestro país es uno de los que cuenta con mayor extensión de costas y es el único que posee un mar exclusivo: El Mar de Cortés o Golfo de California, conocido internacionalmente como el “Acuario del Mundo”, según lo nombró el famoso oceanógrafo y medioambientalista francés Jacques Cousteau.
Aunado a esto, contamos con el segundo Sistema Arrecifal más grande del mundo, tenemos la selva más biodiversa de Mesoamérica que es la Selva de Los Chimalapas, en Oaxaca, así como regiones selváticas como la Selva Lacandona, en Chiapas, o la Selva de Calakmul, en Campeche, sólo por citar algunos ejemplos.
Como consecuencia de la diversidad biológica, México posee un rico mosaico cultural que se hace patente en la gran diversidad de culturas indígenas del país.
Más del 80% de los ecosistemas mejor conservados pertenece a comunidades rurales e indígenas y es donde se concentra la mayor biodiversidad.
La superficie que ocupan los pueblos indígenas es de 24 millones de hectáreas (12.4% del territorio nacional), y a pesar de la enorme riqueza de su entorno, son también las poblaciones más pobres.