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Los hermanos Serdán: precursores revolucionarios
De acuerdo a la convocatoria del Plan de San Luis, el levantamiento debía iniciar el 20 de noviembre de 1910; sin embargo, dos días antes en la ciudad de Puebla, la historia registra un hecho que es considerado por algunos historiadores como el inicio de la Revolución Mexicana: el 18 de noviembre los hermanos Serdán, bajo los ideales de democracia y libertad, fueron las primeras víctimas de la lucha por un cambio en la sociedad mexicana.
A raíz de una entrevista realizada al entonces presidente Porfirio Díaz en el año de 1908, despertó mucha inquietud en los grupos políticos. En dicha entrevista, Díaz declaraba que a su juicio, México estaba listo para la democracia y que no se opondría a la creación de nuevos partidos políticos en el país. Estas palabras fueron tomadas en serio por las personas que estaban en la búsqueda de un cambio en las condiciones del país. Entre este grupo estaba Aquiles Serdán y sus hermanos Carmen y Máximo. Ellos participaron activamente en apoyo al candidato antirreleccionista Francisco I. Madero durante su campaña y posterior al evidente fraude electoral de 1910, decidieron unirse al movimiento revolucionario convocado por el propio Madero mediante el Plan de San Luis.
En el país se sentía una gran tensión; existían rumores de que se preparaba una insurrección en México, rumores que llegaron a oídos de Porfirio Díaz quien tomó medidas desesperadas con el fin de detener el incremento en el número de rebeldes, como la suspensión de las garantías individuales, la aplicación de la pena de muerte a los asaltantes de caminos y algunos cambios en su gabinete de gobierno.
Como parte de su activismo, Aquiles Serdán fundó un club político denominado Luz y Progreso, mismo que publicó el semanario La No Reelección considerado como la primera publicación en la que se difundieron formalmente los principios revolucionarios. En sus páginas se aseguraba que la República sería salvada, no por los déspotas, sino “Por los hombres que no hayan manchado sus conciencias cometiendo atentados contra la Ley”.
Porfirio Díaz, al enterarse de dichas publicaciones, ordenó vigilar a la familia Serdán. Como consecuencia de eso, Aquiles Serdán fue encarcelado en distintas ocasiones, tiempo que aprovechó en madurar el movimiento revolucionario y para adquirir armamento.
Aunque casi todo estaba preparado para levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910, tres días antes, Muncio P. Martínez –entonces gobernador del Estado de Puebla- recibió una alerta de la existencia de un arsenal clandestino en la vivienda de la familia Serdán. El día 18 se ordenó un cateo a la vivienda que fue rodeada por la policía y soldados quienes pidieron la rendición de sus habitantes. Sin embargo, ya habían sido alertados los tres hermanos Serdán y junto con algunos seguidores opusieron resistencia. Se inició así un tiroteo desigual que duró por varias horas.
Este suceso es considerado como la primera batalla revolucionaria y, en ella, Aquiles Serdán se convirtió en el primer mártir de la Revolución. Algunas horas después de que el enfrentamiento terminara, cuando varios de sus compañeros ya habían muerto y otros tantos hechos prisioneros, entre ellos su hermana Carmen, él logró refugiarse en un escondite dentro de la casa en el que guardaba las armas. Allí, con la casa colmada de soldados buscando al autor intelectual, un episodio de tos lo delató; por lo que dispararon hacia el escondite, resultando herido de muerte. Su cuerpo fue exhibido públicamente como escarmiento para desalentar a los que pensaran como él, y así contrarrestar toda sublevación de los disidentes.
El sacrificio de Aquiles Serdán y su familia no fue en vano, sirvió para que motivara a muchas personas que dudaban en participar en el movimiento armado; en agradecimiento por su sacrificio, el presidente Abelardo L. Rodríguez lo nombró Benemérito de la Patria mediante un decreto expedido el 11 de noviembre de 1932. Desde entonces quedó grabado con letras de oro en la Cámara de Diputados la leyenda: Aquiles Serdán (1876-1910).
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