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Respuesta:
espero te sirva
Explicación:
Pocos han sido los intentos de poner en el tapete filosófico la cuestión del amor como epígrafe necesario en el programa de una renovación de la historia de la filosofía. Sumariamente, prácticamente sólo San Agustín y tímidamente Pascal han hecho verdaderos esfuerzos al respecto. Quizá Platón atisbó mucho, pero no se atrevió a poner por escrito la naturaleza de la inteligencia del Bien. Para Platón aquello que es sagrado no es un objeto del conocimiento teorético, no es un axioma, sino que más bien tiene que ver con aquello que hace bueno al hombre, esto es el amor. Lo que hace bueno al hombre es la virtud, y la virtud nace del amor, pues el amor, como dice Platón, es engendrar en la belleza a causa del deseo de inmortalidad la virtud. Lo que engendra el amor es la virtud, la fuerza que transforma proviene del amor. De ahí que ya en Platón, en el viejo Platón se encuentra la idea de que lo más hermoso es hacer bueno al ciudadano, transformarlo. La perfección de la persona está en la virtud, y ésta es vástago del amor. La meta del presente trabajo mira a volver a tener una noción de la persona a partir del amor desde la perspectiva fenomenológica.