Leyendas de 15 líneas

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Respuesta dada por: tefylala
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Hay relatos que cuentan que hace muchos años, en época colonial, hubo en Guatemala una joven y bella mujer de origen mulato a la que llamaban Tatuana, que disfrutaba con los placeres de la carne y con los placeres del lujo, los cuales no estaban bien vistos en una sociedad recatada y religiosa. Así pues, se acusó a la joven de brujería y de hacer maleficios para conseguir a los hombres. Se le acusó de codicia y de no seguir los preceptos de la iglesia. Por todas estas razones fue juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición, y fue condenada a muerte. La Tatuana se negó a recibir la gracia de confesión de sus pecados antes de morir. Cuentan, que la noche anterior a su muerte, pidió como última gracia un trozo de carbón, unas velas y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo en la celda una especie de altar donde realizó una hechicería. Con el carbón pintó en la pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y se dice que se presentó ante ella el mismo demonio. El demonio le sacó de la celda montada en la barca que había pintado en la pared, y se dice que todavía se la puede ver en los días que llueve grandes aguaceros.

tefylala: espero que te sirva
Respuesta dada por: leninevn2009
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Respuesta:

Hace ya unos años, una mujer residente en la zona mexicana de Veracruz tuvo una vivencia realmente incomoda y estremecedora. Se trataba de una mujer que habitaba una pequeña casa con su hija y marido, una familia sencilla e incansables trabajadores.

Una determinada noche, la mujer comenzó a tener recurrentes pesadillas, sueños en los cuales presenciaba terribles asesinatos y presentaban detalles tan realistas que esto comenzó a afectar a su vida cotidiana. Muchas veces la mujer prefería no dormir para evitar estos malos sueños, acarreando así un malestar corporal general y una marcada falta de concentración en el trabajo.

Finalmente, y posteriormente a haber acudido a un analista, la mujer logro conciliar el sueño nuevamente. En este sueño no tuvo la desgracia de presenciar ningún tipo de atrocidad, aunque se vio transportada hacia un solitario y frio pasillo de hospital, en dónde lo único que podía dilucidar fue la presencia de una enfermera abocada a sus tareas.

Tal y como sucedió con los anteriores sueños, este también comenzó a reproducirse una y otra vez noche tras noche, observando a esta enfermera cada vez más cerca. La mujer pensó que quizás se trataba de algún mensaje, por lo cual decidió entablar una conversación con esta enfermera durante el sueño, desconociendo realmente si esto podría ser posible.

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