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Respuesta
POR PEREZA Y MIEDO A PERDER
Explicación:
1. No es lo que realmente quieres.
Cuando te propones algo que en realidad no quieres hacer, ya sea porque crees que debes hacerlo o porque otras personas lo esperan, es normal que no encuentres ni tiempo ni motivación, al fin y al cabo no es lo que tú quieres.
Por eso es importante que seas tú la que quiere conseguirlo, que sea importante para ti.
Así que cada vez que te plantees un objetivo pregúntate si realmente quieres hacerlo y cuál es el motivo, la razón por la que quieres que salga adelante.
Tener una razón que te parezca importante y que te entusiasme es lo que más te va a motivar.
2. No es el momento adecuado para ti.
En los tiempos que corren, en los que hay que hacer de todo y cuanto antes mejor, se nos olvida que no se puede hacer y tener todo a la vez; y esa puede ser una de las razones de que no consigas lo que te propones.
Considera, según tus circunstancias y prioridades actuales, si este es el momento adecuado para llevar a cabo tus objetivos.
Hay determinadas situaciones que son particularmente estresantes y requieren gran parte de tu tiempo, en esos momentos es mejor esperar un poco para realizar algunos de tus objetivos.
Como mencioné en este artículo no tienes por qué hacerlo todo ahora mismo, hay cosas que pueden esperar.
Quizá ahora no es el mejor momento para lo que te has propuesto, quizá supondría un estrés que dentro de unos meses o años no.
Así que piensa, ¿tiene sentido que lo hagas ahora? Si no lo tiene, olvídate de ello hasta más adelante. Eso sí, no utilices esto como una excusa para posponer cosas…
3. Tus objetivos están poco definidos.
Para que tengas más probabilidades de lograr tus objetivos o metas estos tiene que ser:
Específicos.
Qué, cuándo, cómo y dónde. “Hacer más ejercicio” no es un objetivo específico. La alternativa podría ser “hacer 30 minutos de yoga tres días a la semana”.
Realistas.
Proponerte correr una maratón cuando no has hecho ejercicio en tu vida no sería realista, proponerte “correr los lunes durante 40 minutos” sí podría serlo.
Factibles.
Proponerte ganar un millón de euros en seis meses cuando acabas de empezar tu negocio, no parece muy factible (eso sí, si te ves capaz, a por ello).
Lo ideal es dividir estos grandes objetivos en otros más pequeños que sean factibles, y así, poco a poco conseguirás la meta que te habías propuesto.
Medibles.
Tienes que saber cuándo has conseguido tu objetivo. “Ganar más dinero” es un mal ejemplo de medible, la alternativa sería “ganar 1500 euros” por ejemplo.
Con límite de tiempo.
Ponerte una fecha límite conseguirá que te centres y esfuerces más por conseguir tu objetivo. Así, siguiendo el ejemplo anterior, puedes sustituir “ganar 1500 euros” por “ganar 1500 euros en tres semanas”.
4. Te centras en el resultado no en el proceso.
No esperes a celebrar tus logros cuando llegues al final, premia tu actitud, tu esfuerzo, tu progreso, no el resultado. Lo que importa es lo que te estás esforzando y disfrutar del camino o al menos hacerlo lo más ameno posible..
Así que a cada paso reconoce lo bien que lo estás haciendo y premiate de vez en cuando. Así conservarás la motivación durante todo el proceso.
5. Subestimas el tiempo y energía que vas a necesitar.
Normalmente subestimamos el tiempo y energía que va a requerir una actividad porque no tenemos en cuenta posibles imprevistos, interrupciones y contratiempos. El resultado es que no acabas cuando habías planeado, te agobias, te sientes poco eficiente y abandonas, desmotivada.
La próxima vez calcula más tiempo del que crees que te llevará. Esto es algo muy sencillo que da muy buenos resultados y en lo que caemos prácticamente todos.
Así que ya sabes, a partir de ahora calcula un 20% más de tiempo del que crees que vas a necesitar. Ya verás la diferencia.
6. Eres demasiado exigente.
Comprometete contigo misma y no busques excusas, pero sé flexible, si tienes que modificar tu objetivo no pasa nada.
Las exigencias lo único que consiguen es hacerte sentir frustrada y enfadada cuando las cosas no salen como quieres, y como es muy probable que alguna vez no lo hagan, lo mejor que puedes hacer es ser flexible y adaptarte a los imprevistos.
Que te has propuesto acabar el informe el jueves y lo haces el viernes, no pasa nada lo que importa es que lo has hecho.
Que te propusiste hacer ejercicio tres días a la semana y lo has conseguido dos, peor sería haberte quedado en el sofá… Sé flexible.