en el proceso de consolidación del territorio argentino ¿por que era tan importante construir la nacionalidad y generar un sentimiento de pertenencia?
Respuestas
Respuesta:
Los primeros relatos de carácter nacionalista en el Río de la Plata fueron creados por los historiadores y transmitidos, entre otros, por los maestros. Los manuales de Historia atribuyeron densidad pretérita y sentido identitario a los colectivos de Uruguay y Argentina; contribuyeron a construir sentimientos de nacionalidad masificando memorias y articulando utopías. Pretendemos examinar, desde una perspectiva comparada, las estrategias utilizadas en los textos escolares para crear sentimientos de identidad nacional e inventariar los referentes patrióticos transmitidos a diversas generaciones de educandos. Seleccionamos una serie de obras representativas, publicadas en las décadas finales del siglo XIX y primeras del XX, coetáneas y funcionales a los procesos de modernización de Uruguay y Argentina y de definición de sus respectivos imaginarios nacionalistas
La nacionalidad es un concepto polisémico de gran importancia en las ciencias sociales, el derecho privado, el derecho constitucional y las relaciones internacionales; que puede referirse a:
Nacionalidad jurídica, administrativa o de pasaporte: la pertenencia de una persona a un ordenamiento jurídico concreto. Este vínculo de un individuo con un Estado genera derechos y deberes recíprocos; y para el constitucionalismo contemporáneo, implica el concepto de soberanía nacional.[1]
Nacionalidad social, identitaria o de sentimiento: la pertenencia a un grupo social de fuerte personalidad identitaria (el carácter nacional de un pueblo), que se identifica con el concepto (también polisémico) de nación, especialmente en el contexto del nacionalismo que se impone como ideología constitutiva del estado-nación a partir del siglo XIX. La identificación de este concepto con el anterior depende de la aplicación del denominado principio de nacionalidad (identidad entre nación y Estado), que históricamente se pretendió generalizar en Europa tras la Primera Guerra Mundial (como consecuencia de los denominados 14 puntos de Wilson) y en la mayor parte del mundo tras la Segunda Guerra Mundial (procesos de descolonización)