Respuestas
Respuesta:
Las epidemias fueron la principal causa de la 'catástrofe demográfica' –esto es, la enorme disminución en la población indígena- acaecida en la Nueva España en el siglo XVI. Las cifras que suelen ofrecerse a este respecto pueden alcanzar el 75% y aun el 90%. En realidad es prácticamente imposible contar con una cuantificación confiable, ya que las diversas corrientes historiográficas a este propósito ofrecen cifras mucho muy distintas en lo relativo a los tamaños de las poblaciones indígenas a la llegada de los españoles y al término del siglo.
Explicación:
Muchas fueron las epidemias que se padecieron en el siglo XVI, unas se encuentran más documentadas que otras. Entre todas ellas destacan particularmente cuatro. De las dos primeras, tenemos noticias por Motolinía, uno de los primeros evangelizadores franciscanos. En primer lugar, la de la viruela, nombrada por los indios huey zahuatl (gran lepra), tuvo lugar al tiempo de la caída de Tenochtitlan. Fue importada por un africano que vino en la expedición de Pánfilo de Narváez. Murieron muchos indios; se estima que falleció un tercio de la población del centro de lo que hoy es México. Cuitlahuac, penúltimo huey tlatoani de los mexica fue una de las víctimas. El religioso menciona que como los indios tenían ”[…] muy de costumbre, sanos y enfermos, bañarse a menudo, con esto morían como chinches, y muchos de los que murieron fue de hambre porque como todos enfermaron de golpe no podían cuidar unos de otros ni había qien les hiciese pan […]”.
Once años después “un español herido de sarampión” contagió a los naturales, aunque no murieron tantos porque se les insistió en que no se bañaran y se les recomendaron “remedios contrarios a la enfermedad”. Los naturales se refirieron a esta enfermedad como Tepiton zahuatl (pequeña lepra).
La tercera epidemia a la que hacemos referencia fue la primera del cocoliztle (plaga). Tuvo lugar en los años 1544-45. A la fecha no se sabe cual fue esta enfermedad, aunque se trataba de una afección de las vías respiratorias ya que uno de sus síntomas era el sangrado nasal abundante. Afectó principalmente a los indios. En su momento se afirmó que causó la muerte de una tercera parte de los naturales que habitaban el centro de nuestro territorio. Fray Bernardino de Sahagún, relata que: “[…] enterré más de diez mil cuerpos, y al cabo de la pestilencia dióme a mí la enfermedad y estuve muy al cabo”. Esto ocasionó la primera crisis de abasto a la ciudad de México en virtud de las limitaciones que tuvieron los naturales para cultivar sus tierras
La más mortífera de las epidemias fue la segunda epidemia de cocoliztle, la cual tuvo lugar en los años 1575-78. El virrey Martín Enriquez se valió de los jesuitas, quienes unos meses antes habían abierto su primer colegio, para que con sus estudiantes auxiliaran a la población afectada. Acudían a los barrios cada día para distribuir alimentos y ofrecer apoyo espiritual. Consiguieron también ayuda entre sus benefactores para establecer hospitales y atender en ellos a los indigentes enfermos. Espacios limpios donde dormir y alimentos seguros fueron los medios para aliviar las enfermedades del cuerpo.