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7:11-18 Cuando el Señor vio la pobre viuda después de su hijo a la tumba, se compadeció de ella. Véase el poder de Cristo sobre la muerte misma. El llamado del Evangelio a todos los hombres, a los jóvenes en particular, es, y levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará y la vida. Cuando Cristo puso vida en él, apareció por la juventud de sentado. ¿Hemos gracia de Cristo? Mostremos ella. Él comenzó a hablar: cada vez que Cristo nos da vida espiritual, abre los labios en oración y alabanza. Cuando las almas muertas son criados para la vida espiritual, por el poder divino de ir con el evangelio, debemos glorificar a Dios, y considerarlo como una visita de gracia a su pueblo. Busquemos por tanto interés en nuestro compasivo Salvador, para que podamos mirar hacia adelante con alegría el momento en que la voz del Redentor evocar todos los que están en sus tumbas. Que podamos ser llamados a la resurrección de la vida, no a la de la condenación.