• Asignatura: Física
  • Autor: Anónimo
  • hace 3 años

historia donde se evidencien los hábitos de vida saludables.

Respuestas

Respuesta dada por: wiii145
1

Historia : Quiero Caramelos

Bea y Luis eran dos hermanos que disfrutaban mucho jugando juntos. Ella tenía 10 años y él siete. Todos los viernes sus papás podían coincidir en casa y decidían bajar con los niños a jugar al parque. Se iban los cuatro a la calle, los hermanos con sus bicis y sus balones para jugar con el resto de los niños.

Cuando el sol se iba del cielo, los papás iban a otra zona del barrio donde había una terraza, mientras los papás se tomaban un refresco los niños jugaban con el resto de niños del vecindario. Aquí era cuando empezaban los conflictos.

Al lado de la terraza había una tienda de chuches y chocolates. Cada vez que Luis miraba el escaparate no se podía controlar. Miraba con deseo las tartas de gominolas que tenían presentadas. Deseaba con ganas comer gominolas, las que tenían forma de plátano eran sus favoritas. A Bea también le gustaban los caramelos, pero entendía que ya habían merendado y que sus padres, como todos los viernes, no les darían dinero para chuches o les daría dinero para unas pocas y repartirlas entre los dos.

Luis era muy insistente y no solía escuchar a Bea, se acercaba a la mesa donde estaban sentados sus padres y les decía:

-Papá, ¡quiero caramelos! Es viernes. Ya hice todos los deberes. Todos los niños tienen.

-A ver cariño, merendaste un bocadillo y comiste algo de chocolate en casa. Si hay chocolate no hay caramelos. Es mucho dulce. Disfruta de jugar.

-¡Noooooo! -gritaba Luis con frustración-. No es justo. Bea dilo tú, ¡Queremos caramelos!

Ante la negativa de los padres Luis lanzaba su balón lo más alto que su corta edad le permitía.

-No entiendo por qué no puedo comer chuches como los demás.

Al final los dos hermanos no siguieron jugando y al poco se fueron del parque al estar Luis así.

Al viernes siguiente volvió a suceder lo mismo. Luis insistió a sus padres para tener unos cuantos caramelos. Esta vez mamá le dijo:

-Hoy no has comido chocolate. Te voy a dar unas monedas y compráis algo para los dos

-Bea entró en el kiosco con Luis y compraron sus caramelos. Pero para Luis no fue suficiente. Volvió a la mesa y siguió pidiendo porque le parecía poco.

-Luis se acabó. No hay más caramelos. El azúcar no es bueno para los dientes y tampoco para el estómago. Además, luego no cenas.

Quiero caramelos Luis se fue llorando y un niño se acercó y le dijo:

-Toma Luis, no quiero mis gominolas -le tendió una bolsa con caramelos y otras chuches.

Luis las cogió y antes de que Bea llegara a su lado se puso a comerlas. Cuando acabó siguió jugando tranquilamente.

Cuando llegó la noche. Algo pasó. Un dolor terrible le despertó en la cama. Luis se levantó llorando y llamó a sus padres. Cuando indicó donde estaba su dolor señaló un diente.

-Luis, este dolor es porque hay un diente malito por no cuidarlo y comer azúcar. Tenemos que ir al dentista.

Cuando el dentista cuidó su diente y ya no tuvo dolores Luis entendió que no podía comer muchos caramelos cuando quisiera.

Respuesta dada por: familiamontalvo2021
0

alberto no quiere ir a la ducha(´▽`ʃ♡ƪ)

sacada de el cuaderno de mi hermana uwu

Ha llegado el verano a la ciudad y hace quince días que Alberto ha cumplido 11 años. La fiesta fue genial, merienda en su casa y luego al cine. Ahora tiene muchos amigos y cada vez tiene más planes por ello discute mucho más con mamá.

Esta todo el día detrás de él para que se duche, para que se cambie la ropa, para que se pase bien el cepillo por el pelo. A él no le gusta, le encanta llevar su chándal favorito, su pelo al aire y ducharse cada tres días porque le da mucha pereza meterse debajo del agua.

Una tarde de viernes Alberto salió de clase de gimnasio y Luis y Marcos se acercaron a él para invitarle al cumpleaños de Luis. Era en su casa y estaba invitada casi toda la clase. La merienda era pronto sobre las cinco. Lo consultaría con mamá pero estaba casi seguro de que le dejaría ir.

Cuando llegó a casa le pidió permiso a su madre y está le dijo:

-Vale cariño, pero entonces tienes que acabar de comer, hacer los deberes y ducharte. Yo te planchare el pantalón corto y te lo dejo en la habitación hoy hace mucho calor.

-Noooo, tengo bastantes deberes. Si tengo que hacerlos no me va a dar tiempo a ducharme. Estoy bien así.

-¿Cómo no te vas a duchar? Si además vienes de hacer gimnasia.

-Eso fue hace ya dos horas, no estoy nada sudado- Protesto Alberto-. No quiero.

Su madre insistió, pero Alberto se acabó encerrando en el baño y solo consiguió que este dejara correr el agua y que mintiera diciendo que ya se había duchado. Cuando salió Alberto se puso la ropa y se fue sin peinarse. Cuando llegó a la fiesta todos sus compañeros le saludaron y este se sentía muy bien.

La madre de Luis sacó la merienda, unos jugosos bollos rellenos de jamón y queso, una empanada, unos sándwich vegetales y un montón de donuts caseros. Se puso a coger la comida y a hablar con una de sus compañeras de cole, cuando se dio cuenta de que la niña solo le contestaba con monosílabos y que cortaba la conversación para irse a otro sitio.

Alberto se dijo que esa niña era una tonta y que pasaría de ella, fue al grupo de Marcos y Antonio, dos niños con los que jugaba en el recreo y cuando se dio cuenta a los dos minutos de llegar él a la conversación ambos se fueron diciendo que iban a coger unos bollos a la mesa. ¿Qué sucedía? El otro día cuando su cumpleaños todo estaba bien y la gente parecía estar a gusto con él.

Alberto no quiere ir a la duchaAlberto algo más triste camino a la mesa y cuando se dio cuenta notó que la madre de Luis, el cumpleañero estaba cerca de él. Esta se agachó y le dijo bajito en la oreja:

-Alberto, cielo. Mira, es la primera vez que lo noto, pero me gustaría que supieras que hoy hueles muy raro. Como si tuvieras la ropa manchada, o quizá no te dio tiempo a pasar por la ducha. No pasa nada, pero quizá notas que el resto de los chicos se separan por eso.

Alberto se puso rojo, no supo que contestar, ¡Qué vergüenza! Al final su madre tenía razón, la higiene era muy importante para uno mismo y para los demás, había aprendido la lección.

Explicación:

Preguntas similares