• Asignatura: Castellano
  • Autor: suke34
  • hace 3 años

me ayudan? xd

hacer un relato inventado con los objetos cercanos ​

Respuestas

Respuesta dada por: emilydayerlienriquez
0

Respuesta:

mi esfero: él me ayuda en todas mis tareas, mis clases y siempre me ayuda a escribir las cosas que pienso y que a veces me invento, el esfero no es solo un amigo, es un compañero y su hermano mayor el corrector le corrije en cualquier error que el esfero tenga y ellos son muy buenos hermanos, se llevan bien y son los mejores

Explicación:

coronita  por fa

Respuesta dada por: yafrank4545
1

Respuesta:

Había una vez una niña que pisoteó el pan para no ensuciarse los zapatos y lo pasó muy mal. Sus padres eran pobres, pero ella era orgullosa y altanera. A medida que fue creciendo se volvió peor.

-¡Una buena paliza, necesitarías! -le decía su propia madre-. De pequeña me has pisoteado muchas veces el delantal; mucho me temo que de mayor me pisotees el corazón.

Y así fue.

Entró a servir en una casa de personas distinguidas, que la trataron como a su propia hija, con lo que creció aún su arrogancia.

Al cabo de un año su señora le recomendó que visitara a sus padres. Y fue, pero solo a exhibirse. Quería que viesen lo guapa que se había vuelto. Pero al llegar al pueblo y ver a las muchachas y los mozos charlando en el estanque, y a su madre descansando sentada en una piedra la niña dio media vuelta. Se avergonzaba de tener por madre a aquella tosca mujer ahora que iba tan lindamente vestida. No le molestó haberse vuelto, sino haberse acicalado para nada.

Transcurrió otro medio año.

-Deberías ir a tu casa a ver a tus padres -volvió a decirle su señora-. Ahí tienes un pan de trigo; puedes llevárselo. Estarán contentos de verte.

La chica se puso el mejor vestido y los zapatos nuevos. Caminaba con cuidado para no ensuciarse el calzado. Pero llegada al punto en que el sendero cruzaba un cenagal y el agua formaba un gran charco, tiró el pan al suelo, en medio del barro, para poder apoyar el pie sobre él y no mojarse los zapatos. Y mientras estaba con un pie sobre el pan y con el otro levantado, se hundió el pan y la muchacha desapareció en el agua.

La chica fue a parar a la mansión de la mujer del pantano, que habita en su fondo, que es la tía de las elfas La mujer estaba en casa. Precisamente aquel día el diablo y su abuela estaban de visita. Esta abuela es una bruja muy vieja y perversa.

Al ver a la niña, se caló las gafas y la examinó con atención.

-Esta es una chica que tiene buenas prendas -dijo-. Me gustaría que me la regalaras, como recuerdo de esta visita.

Y se la dieron, con lo cual la niña fue a parar al infierno. Allí sus ropas aparecían como recubiertas de una gran mancha de barro; una culebra se le había enroscado en el pelo y se columpiaba sobre su pescuezo, y de cada pliegue del vestido salía un sapo, que ladraba como un perrillo asmático. Resultaba muy molesto.

-Cuantos están aquí tienen un aspecto tan horrible como yo-, se dijo para consolarse.

Pero lo peor era el hambre espantosa que la atormentaba. ¿No podía bajarse a coger un poco del pan que le servía de base? Pues no, pues tenía todo el cuerpo como una columna de piedra. Solamente podía mover los ojos.

-Como esto se prolongue, no podré resistirlo –dijo-. Pero no había más remedio que aguantar, y el tormento continuaba.

Cayó entonces sobre su cabeza una lágrima ardiente que fue a parar sobre el pan; y luego otras lágrimas, y otras muchas. ¿Quién lloraba por ella? ¿No tenía acaso una madre en la Tierra? Las lágrimas de dolor que una madre derrama por sus hijos, alcanzan siempre a éstos, pero no los redimen; queman y sólo contribuyen a aumentar sus sufrimientos. Y luego aquel hambre insufrible, sin poder llegar al pan que tenía bajo el pie. Al fin experimentó la sensación de tener consumidas todas las entrañas y ser como una delgada caña hueca que captaba todos los sonidos. Oía claramente cuanto sobre ella decían en la Tierra, todas palabras duras y de censura. Su madre lloraba lágrimas salidas de su afligido corazón, pero exclamaba al mismo tiempo:

-¡La soberbia trae la caída! Esta fue tu desgracia, hija. ¡Cómo afligiste a tu madre!

Todos los de allá arriba conocían su pecado, sabían que había pisoteado el pan y que se había hundido y desaparecido. El pastor, que lo había visto todo desde una altura, lo había contado.

Un día que la roían como de costumbre la ira y el hambre, oyó que pronunciaban su nombre y contaban su historia a una criaturita inocente, una niña, la cual prorrumpió en llanto al escuchar la narración sobre aquella niña soberbia y coqueta.

-¿Y nunca más volverá a la Tierra? -preguntó la chiquilla.

Y le respondieron:

-Nunca más.

-Pero, ¿y si pidiese perdón y prometiese no volver a hacerlo?

-Pero es que no quiere pedir perdón -contestaron.

-¡Oh, yo quiero que se arrepienta! -exclamó la pequeña, desconsolada-. Daría toda mi casa de muñecas a cambio de que pudiese volver.

Aquellas palabras llegaron al corazón de la niña, que sintió un gran alivio. Una niñita inocente lloraba y rogaba por ella; le pareció tan maravilloso, que también ella habría llorado.

En la Tierra iban transcurriendo los años, pero allá abajo nada cambiaba. Solo que cada día llegaban a sus oídos menos conversaciones acerca de ella. Una vez distinguió un suspiro:

!.

.


suke34: GRACIAAAAAASSSS (^~^;)ゞ
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