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El embrión llega a la pared del endometrio materno; este fenómeno suele producirse entre los 6 y 10 días desde la fecundación. Pueden darse dos escenarios: Que el embrión anide naturalmente, algo que sólo se produce en el 30% de los casos.
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El endometrio es el tejido que reviste al útero y juega un papel fundamental para conseguir un embarazo, ya que interviene en la implantación del embrión. La implantación es el proceso por el que un embrión, de unos 7 días de madurez, se adhiere al endometrio para iniciar la gestación.
En un ciclo natural, el espermatozoide fecunda al óvulo en las trompas de Falopio. A la vez que el nuevo embrión se desarrolla, éste va viajando hacia el útero. El útero es el nicho ideal para el embrión y ahí seguirá madurando hasta el momento en que implante.
Para que se produzca la implantación del embrión es necesario que se cumplan una serie de condiciones:
1. El embrión habría llegado al estadio de madurez adecuado: blastocisto (a partir del 5º-6º día después de la fecundación) El blastocisto se compone de dos partes diferenciadas: la masa interna, que es la que dará lugar al futuro feto; y el trofoectodermo, que es la parte que se desarrollará para dar la placenta y los demás elementos anexos.
2. El endometrio debería encontrarse receptivo. Este periodo de tiempo suele darse entre los días 20-24 del ciclo menstrual en la mayoría de las mujeres y suele tener una duración de 4 días.
A este periodo se le conoce como ventana de implantación (WOI, “window of implantation”)
La ventana de implantación hace referencia al periodo de tiempo en el que el endometrio se encuentra en las condiciones más óptimas para que se produzca la implantación del embrión.
Por todo esto, tanto el embrión como el endometrio deben encontrarse en un momento de su desarrollo óptimo para que se establezca una “comunicación” correcta entre ellos y se dé la implantación. Por ello, al igual que la calidad de la muestra de semen como del óvulo son importantes para conseguir un embarazo, no debemos olvidar el importante papel que cumple el endometrio para alcanzar este objetivo.
Aunque la ventana de implantación se suele dar entre los días 20-24 del mes, esto es solo la media de la población. Es decir, podemos encontrarnos a mujeres que su ventana de implantación se encuentre adelantada o retrasada, estando ésta, por tanto, desplazada de la media.
La importancia de este hecho aumenta cuando la mujer se está sometiendo a un ciclo de reproducción asistida, ya que la ventana de implantación se encuentra abierta sobre el 5º día después de comenzar la administración de la Progesterona, o el 7º día tras el pico de Hormona Luteinizante si el ciclo es natural.
Sin embargo, se estima que hasta un 30% de las mujeres que se someten a un ciclo de FIV pueden tener la ventana de implantación desplazada, lo que repercute en el éxito de la transferencia.
Si una mujer se transfiere un embrión cuando el endometrio aún no esta preparado (ventana de implantación retrasada) o cuando este ya haya cerrado su ventana de implantación (ventana de implantación adelantada) el proceso de implantación se verá afectado y habrá menos probabilidades de conseguir un embarazo, independientemente de la calidad del embrión transferido.
En un ciclo natural, el espermatozoide fecunda al óvulo en las trompas de Falopio. A la vez que el nuevo embrión se desarrolla, éste va viajando hacia el útero. El útero es el nicho ideal para el embrión y ahí seguirá madurando hasta el momento en que implante.
Para que se produzca la implantación del embrión es necesario que se cumplan una serie de condiciones:
1. El embrión habría llegado al estadio de madurez adecuado: blastocisto (a partir del 5º-6º día después de la fecundación) El blastocisto se compone de dos partes diferenciadas: la masa interna, que es la que dará lugar al futuro feto; y el trofoectodermo, que es la parte que se desarrollará para dar la placenta y los demás elementos anexos.
2. El endometrio debería encontrarse receptivo. Este periodo de tiempo suele darse entre los días 20-24 del ciclo menstrual en la mayoría de las mujeres y suele tener una duración de 4 días.
A este periodo se le conoce como ventana de implantación (WOI, “window of implantation”)
La ventana de implantación hace referencia al periodo de tiempo en el que el endometrio se encuentra en las condiciones más óptimas para que se produzca la implantación del embrión.
Por todo esto, tanto el embrión como el endometrio deben encontrarse en un momento de su desarrollo óptimo para que se establezca una “comunicación” correcta entre ellos y se dé la implantación. Por ello, al igual que la calidad de la muestra de semen como del óvulo son importantes para conseguir un embarazo, no debemos olvidar el importante papel que cumple el endometrio para alcanzar este objetivo.
Aunque la ventana de implantación se suele dar entre los días 20-24 del mes, esto es solo la media de la población. Es decir, podemos encontrarnos a mujeres que su ventana de implantación se encuentre adelantada o retrasada, estando ésta, por tanto, desplazada de la media.
La importancia de este hecho aumenta cuando la mujer se está sometiendo a un ciclo de reproducción asistida, ya que la ventana de implantación se encuentra abierta sobre el 5º día después de comenzar la administración de la Progesterona, o el 7º día tras el pico de Hormona Luteinizante si el ciclo es natural.
Sin embargo, se estima que hasta un 30% de las mujeres que se someten a un ciclo de FIV pueden tener la ventana de implantación desplazada, lo que repercute en el éxito de la transferencia.
Si una mujer se transfiere un embrión cuando el endometrio aún no esta preparado (ventana de implantación retrasada) o cuando este ya haya cerrado su ventana de implantación (ventana de implantación adelantada) el proceso de implantación se verá afectado y habrá menos probabilidades de conseguir un embarazo, independientemente de la calidad del embrión transferido.
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