• Asignatura: Historia
  • Autor: daniloqushpe0859
  • hace 3 años

Ayuda porfa le doy coronita




Leer el siguiente texto y subrayar los vocablos encontrados como jerga

La jerga juvenil siempre varía

“Ese man sabe que yo le quiero full”, dice una joven en la parada del bus a una de sus amigas. “De ley” responde su compañera y luego ambas ríen con complicidad. “Verás que estoy chiro”, “Sif, loco”, “Estuvo súper denso” o “¿Me cachas?” son otras expresiones que a diario se escuchan por las calles de Quito en boca de jóvenes de distintas edades y grupos sociales.

 

Esta jerga que nace y se desarrolla entre muchachos es lo que permite que muchos jóvenes se identifiquen entre sí. Esto lo confirma Alex Aldás, de 17 años, quien confiesa que a diario usa palabras propias de la jerga juvenil porque de esa forma se “entiende” en su grupo.

 

 Si bien las jergas no son algo nuevo, los términos utilizados varían con cada generación ya que son producto de influencias externas como la televisión y de realidades contemporáneas. Expresiones como: “no tengo ni una luca”, “camello”, “fresa” o “mi pata del barrio” han dejado de formar parte del léxico de los jóvenes. Diana Tituaña confirma que la palabra “bacán” está fuera de moda y aunque la entiende, ella y sus amigos ya no la utilizan.

 

 La jerga no solo se evidencia en la comunicación verbal directa. También está presente en los mensajes (SMS) que los jóvenes se envían por teléfono o en las charlas que se dan por las redes sociales como Twitter o Facebook. Marcelo Panga cuenta que sus padres critican que utilice este léxico y que le reclaman que imita todo lo de su grupo.

 

 La confrontación

La jerga y el “mal uso de las palabras” se vuelven un problema para los padres que no alcanzan a comprender las diferencias generacionales que tienen con sus hijos. “Ellos dicen que se escucha feo como hablamos, aunque para nosotros es normal. (...) A veces, en la casa, con los hermanos, hablamos igual que con nuestros amigos y ahí es cuando mis papás me reclaman”, cuenta Panga, quien reconoce que su forma de hablar depende de sus interlocutores.

 

 María Ocampo, estudiante de administración de empresas, también usa un vocabulario especial con sus amigos, pero sabe que con un ingeniero no puede hablar así ya que “sería una falta de respeto y no se daría bien la comunicación porque podría haber malos entendidos”.

 

Tituaña tiene más suerte porque sus padres respetan su independencia. “A mí no me hablan, se me ríen nomás”. Esto generalmente ocurre cuando usa palabras que ellos no entienden.

 

En algunos casos la forma de hablar de los hijos también influye en la de sus padres. Según Fernanda Tapia, de 19 años, “a ellos (sus padres) ya se les ha pegado, a veces les escucho a ellos también que dicen ‘esos manes’, aunque antes nos reclamaban a mi hermana y a mí”.​

Respuestas

Respuesta dada por: barreralamdi
4

espero ye ayude la la man e

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