En tu cuaderno escribe un compromiso de imitar las virtudes que has priorizado de la Virgen María.
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Respuesta:
Nos dice San Ireneo de la Virgen María que el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; lo que ató la Virgen Eva por la incredulidad, la virgen María lo desató por la fe. La obediencia de María desató el nudo del pecado, porque ella fue la escogida por Dios para que el Mesías viniera y habitara entre nosotros. María con su obediencia, su humildad, su amor a Dios, cautivó al Espíritu Santo y nosotros, si queremos cautivar a este mismo Santo Espíritu debemos procurar imitar las virtudes de María. El Espíritu Santo engendró en María al verbo encarnado, y el Espíritu Santo, engendrará de una forma mística al Verbo, al amor, en nosotros si reconoce en nuestra alma, las virtudes de nuestra Madre, la Virgen María.
La primer de las virtudes que debemos imitar de María es su humildad,
dice San Alfonso María de Ligorio. María, siendo la primera y más perfecta discípula de Jesucristo en todas las virtudes, también lo fue en esta virtud de la humildad, gracias a la cual mereció ser exaltada sobre las criaturas.
María se vería tan pequeña, que si bien conocía que está enriquecida de gracias más que los demás, no se ensalzaba sobre ninguno. No es que la Virgen se considerase pecadora, porque la humildad es andar en la verdad, y María sabía que jamás había ofendido a Dios. Dice San Bernardino que no hubo criatura en mundo más exaltada que María porque no hubo criatura que más se humillase que María.
Dijo María a santa Brígida: ¿Por qué me humillé tanto y merecía tan gracia sino porque supe que no era nada y nada tenía como propio?
Es propio de los humildes el servicio. María se fue a servir a Isabel durante tres meses; a lo que comenta san Bernardo: Se admiró Isabel de que llegara María a visitarla, pero mucho más se admiraría al ver que no llegó para ser servida, sino para servirla.
La segunda de las virtudes que debemos imitar de María es el amor a Dios
Dice San Bernardo donde hay mayor pureza, allí hay más amor. Cuanto más puro es un corazón y más vacío de sí mismo, tanto más estará lleno de amor a Dios. María Santísima, porque fue humilde y vacía de si misma, por lo mismo estuvo llena del divino amor, de modo que progresó en ese amor a Dios más que todos los hombres y todos los ángeles juntos. Como escribe San Bernardino, supera a todas las criaturas en el amor hacia su Hijo. Por eso San Francisco de Sales la llamó con razón la reina del amor.
La tercera de las virtudes que debemos imitar de María es su amor al prójimo
El amor a Dios y al prójimo se contienen en el mismo precepto. «Este mandato hemos recibido del Señor: que quien ame a Dios ame también a su hermano» (1Jn 4,21). La razón es, como dice santo Tomás, porque quien ama a Dios ama todas las cosas que son amadas por Dios. Santa Catalina de Siena le decía un día a Dios: Señor, tu quieres que yo ame al prójimo, y yo no sé amarte más que a ti. Y Dios al punto le respondió: El que me ama, ama todas las cosas amadas por mí. Mas como no hubo ni habrá quien haya amado a Dios como María, así no ha existido ni existirá quien ame al prójimo más que la Virgen María.
Explicación:
Respuesta:Yo (TU NOMBRE) ,me comprometo ser obediente, ante mi familia ,especialmente hacia Dios ,ser respetuosa ante todos ,ser humilde ,siempre tener fe en Dios, ser bondadosa y seguir el camino hacia Dios con el ejemplo de María.
Explicación:ESPERO TE SIRVA