Respuestas
Respuesta:
no hay no existe
Explicación:
Escribo por (ingenuo) oportunismo, buscando atención para mis argumentos críticos contra el fútbol. Cito a Borges porque para ir a contraviento siempre viene bien el soplo de un sabio respetado. Ahora bien, tengo que aclarar que mis argumentos no van en contra del deporte llamado fútbol, van en contra de la religión llamada fútbol, de la política llamada fútbol, del delirio llamado fútbol.
Borges también decía, con un impostado y efectista simplismo, que "El fútbol es feo estéticamente. Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos". Yo he llegado a entender bien que los futbolistas profesionales son (o deberían ser) atletas de alto rendimiento y que el juego de equipo en la cancha es resultado de una estrategia que conlleva un depurado ejercicio intelectual. Si hay en la cancha cuerpos en su máximo potencial físico ejerciendo inteligencia colectiva, hay belleza, incluso hay erotismo en el sentido griego del concepto. Borges, que era un genio, entendía todo esto, pero su discurso buscaba, como el mío, expresar un desacuerdo radical con todo lo pernicioso que se genera en torno al fútbol, todo lo religioso, todo lo político, todo lo injusto, todo lo degradante que cabe en la máxima romana que apuntala la sacrosanta idea de democracia: «Panem et circenses», «Al pueblo, pan y circo», infalible fórmula que todo gobernante aplica sin excusas: ofrecerles a sus pueblos espectáculos nacionalistas masivos a cambio de aceptación e indulgencia, a cambio de voluntad y obediencia, a cambio de mantenerse lejos de los asuntos más vergonzosos. Entonces, si cambia la palabra «circo» por «fútbol», y quita la palabra «pan» (porque habiendo fútbol sale sobrando), la máxima queda a la justa medida del siglo XXI.