el proceso de cocción útil para evitar la descomposición
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1. La importancia del tiempo y la temperatura
La temperatura y el tiempo son dos factores indispensables en el desarrollo de gérmenes y microorganismos, es importante tener el conocimiento sobre las temperaturas de riesgo las cuales oscilan entre los 5 y 65º C. Cuando se da este rango de temperaturas, las bacterias se duplican en cuestión de 20 a 30 minutos. La regla es simple en cuanto más tiempo pase un alimento fuera del margen de las temperaturas adecuadas, mayor será el riesgo de que contenga agentes patógenos. El tiempo juega un papel clave, ya que en minutos es probable que aparezcan entre las que se destacan Salmonella, Shigella, Escherichia coli y otras como es el caso del género Vibrio, y son las principales de las intoxicaciones alimentarias.
2. Organiza bien le nevera
Uno de los pasos más importantes es aprender a acomodar bien los alimentos según su categoría en la nevera. Es clave que permitas la circulación de aire entre los alimentos, ya que cuando “no respiran” aumenta el riesgo de que se deterioren antes. La temperaturas de la nevera oscilan entre los 0 y 5 ºC es por ello importante acomodarlos según las necesidades de cada uno, por ejemplo los lácteos, carnes y embutidos deberás de estar en el área con mayor contacto al frío. Mientras que en el caso de los vegetales como las cebollas, las patatas, los tomates, el ajo o el aceite de oliva, el frío los afecta y puede llegar a alterar sus sabores y favorecer la descomposición con mayor rapidez.
3. Conserva bien las frutas y verduras, según su tipo
Entender las necesidades de conservación de cada fruta y verdura es una tarea que alargará considerablemente la vida útil de estos alimentos. No es necesario conservar todas en la nevera, de hecho la única fruta recomendada para conservarse en frío son los frutos rojos, manzanas y peras, es un paso útil cuando quieres alargar su tiempo de vida. En general las frutas que conservan mejor a temperatura ambiente, un buen consejo para evitar la entrada de oxígeno de lo cual se deriva su maduración es envolverlas en periódico. También evita colocar las manzanas y los plátanos junto a otras frutas, ya que liberan una sustancia llamada gas etileno que acelera el proceso de descomposición de las frutas.
En el caso de los vegetales es diferente, en su mayoría sobre todo aquellos de hoja verde es recomendable conservarlos en el cajón de la nevera (tiene una temperatura más estable y los protege más), pero sin lavar previamente ya que la humedad será un factor clave para que se deterioren mucho más rápidamente. Procura conservar en un lugar oscuro y seco, las cebollas, los ajos y los chilles.
4. Congelar
El método más efectivo cuando se trata de controlar la descomposición y la aparición de patógenos, sin duda es la congelación. Es un proceso que se distingue por su capacidad de conservar un alimento por más tiempo, ya que la acción microbiana en tan bajas temperaturas es inexistente. Lo único importante es empacar de manera correcta los alimentos para evitar que estos se desequen o quemen, optar por recipientes, bolsas herméticas y siempre pega una etiqueta con las fechas de empaque.