Información sobre las actividades de los grupos humanos de america
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Información sobre "Las actividades de los grupos de América"
América sería, desde el punto de vista de genética de poblaciones, el continente más sencillo de entender por ser el más reciente, lo cierto es que la escasez de fósiles antiguos hacen que todavía haya numerosas incógnitas. En el primero de los estudios, recogido en Science, investigadores daneses han analizado 15 genomas antiguos – seis de los cuales tienen más de 10.000 años de antigüedad y corresponden a algunas de las momias naturales más antiguas conservadas- hallados en restos distribuidos desde Alaska hasta la Patagonia. Sus resultados muestran que las primeras poblaciones americanas se expandieron sumamente rápido, algo que se sospechaba por los restos arqueológicos hallados pero que no se había podido confirmar. Y lo hicieron, además, de forma muy desigual, lo que contradice la teoría aceptada hasta el momento más clásica del poblamiento de América.
Según estos investigadores, una vez que los primeros pobladores procedentes de Beringia llegaron al sur del hielo, de ese único linaje surgieron el resto de grupos, que se expandieron hacia Mesoamérica y América del sur. Y, además, apunta Moreno-Mayar, han observado que esos primeros nativos americanos volvieron a migrar hace unos 8000 años, aunque esta vez salieron de América central y se dispersaron hacia el norte y el sur. Sus pasos están grabados en e ADN de las poblaciones indígenas actuales de las que se dispone de su genoma. «Los genomas más antiguos del estudio también nos sirven de base para identificar una segunda oleada de ancestralidad genética, que llegó de Mesoamérica en milenios recientes. »
La misteriosa población fantasma
Uno de los resultados quizás más fascinantes de este estudio es que los investigadores han identificado en cráneos fósiles del yacimiento de Lagoa Santa, en Brasil, la presencia de una misteriosa población de hace 11700 años de antigüedad que contiene en su ADN restos de ancestralidad de Australasia. Pero, sorprendentemente, no hay rastro de ellos en las poblaciones de América del norte, lo que abre numerosos interrogantes. Fueron descubiertos -o al menos su huella genética- en 2015 por David Reich, genetista de la Escuela de Medicina de Harvard, y autor de uno de los trabajos que se publican esta semana sobre el poblamiento de América. «Es una población fantasma. »
Esta ancestralidad está presente hoy en día solo en aborígenes de Papúa Nueva Guinea y las Islas Andaman, y también en dos tribus actuales del Amazonas, que tienen entre un 2 y un 3% de ADN de esa misteriosa población. « Está claro que tras esta población, muy localizada en el Amazonas, vienen más migraciones posteriores que la diluyen, por lo que los restos de hace 7000 años ya no tienen la señal», valora Carles Lalueza-Fox, paleogenetista del Institut de Biologia Evolutiva , que no ha participado en este estudio. «Solo un par de poblaciones del Amazona la tienen. Y sin embargo, no se ha encontrado la señal en América del norte.
El hecho de que la ancestralidad esté compartida con poblaciones oceánicas o australásicas parece indicar que es una migración muy antigua», considera Lalueza-Fox.
La clave, la patata andina
Los investigadores analizan cómo las primeras poblaciones se adaptan a las condiciones de extrema dureza de las elevadas altitudes de la cordillera andina. También analizan qué ocurre cuando esas poblaciones se encuentran con los conquistadores españoles. El investigador John Lindo, de la Universidad de Emory, ha liderado este estudio en que se han recopilado genomas antiguos de hace entre 6800 años y 14.000, y han comparado el de los habitantes de zonas de altitud elevada y de altitud baja en poblaciones prehistóricas y actuales. Así han visto que las poblaciones andinas de zonas montañosas elevas se establecieron hace entre 9200 y 8200 años, antes de lo que anteriores estudios habían apuntado.
A diferencia de otros grupos humanos que viven en condiciones similares, como los habitantes del Tíbet o de Etiopía, los andinos se adaptaron a la altura mediante mutaciones en genes relacionados con la salud cardíaca. Los científicos han encontrado genes asociados a la digestión del almidón en los habitantes de las regiones de mayor altitud, pero no en aquellos que viven en altitudes más bajas. El estudio analizó siete genomas antiguos completos de la región del lago Titicaca de la zona montañosa de los Andes peruanos que datan de ente 1800 y 7000 años de antigüedad. Luego compararon los resultados con 64 genomas actuales de poblaciones que viven a altitudes elevadas en la cordillera andina y poblaciones que habitan en zonas de altitud menor.