d. ¿Cuáles eran las principales fuentes económicas de los indígenas?
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Respuesta:
Los principales cultivos transitorios son: yuca, maíz, arroz, fríjol, sandía, melón y hortalizas, cuyos niveles de producción y productividad son muy bajos, lo que dificulta su comercialización. Los cultivos permanentes están representados en pequeños plantíos de frutales de la región como plátano, naranja, limón, guaraná, copoasú, asai, canangucho, poma, anón, abiu, ingá, matapí, chontaduro, caimo, zapote, uva caimarón y humarí entre otros, que normalmente están destinados para el autoconsumo familiar, con pequeño volumen para la comercialización. Leticia y Tabatinga son los principales centros agrícolas de mercadeo y consumo de la región.
Lamentablemente, para estas especies nativas no existe información acerca de sus propiedades alimenticias, sistemas de cultivos, posibilidades de industrialización, rendimientos y demás elementos necesarios para formular programas destinados a mejorar y aumentar su producción.
Por su importancia se destacan los siguientes cultivos:
El maíz. Si bien es un cultivo colonizador por excelencia, su producción no tiene gran significado, aunque es el único producto de la región que mercadea el IDEMA en la zona colombiana.
El plátano. Es un cultivo fundamental para la dieta del indígena y del campesino. Aunque no se cultiva en grandes extensiones si es muy generalizado en toda la región.
La yuca. Con el maíz y el plátano conforman la base alimenticia de gran parte de la población, cultivándose en pequeñas extensiones.
El guaraná. Es un cultivo que ha tenido bastante desarrollo en la zona brasileña, pero en Colombia es casi desconocido. Lo mismo sucede con el copuazú. El caucho ha sido bastante experimentado en la Amazonia Brasileña con resultado negativo; en cambio la palma africana tiene buenas perspectivas.
De un modo general, en la zona brasileña del Plan las actividades agrícolas enfrentan una serie de problemas que, sumados a la dispersión y pequeña dimensión del mercado, van limitando su expansión. Se trata de escasez de crédito y de falta de semillas mejoradas.
Es necesario difundir las actividades de investigación y experimentación agropecuaria adaptadas a las condiciones ecológicas locales, que permitan orientar la diversificación y mejoría de los patrones de producción, inclusive reorientar la asistencia técnica y extensión rural a los pequeños productores.
El censo agropecuario de 1985, el IBGE en Brasil, registra para la región la existencia de 5 618 establecimientos con un área total de 36 443 ha, predominando pequeñas parcelas con menos de 20 ha. Aproximadamente 80% de las propiedades presentan un módulo mucho menor que el tamaño mínimo recomendado para los modelos de colonización en tierra localizada en esa área amazónica.
El 89,4% de ellos se encuentran en condición de ocupantes, 6,3% como arrendatarios y 4,3% en condición de propietarios. Significa esto que, probablemente, más del 90% de los productores no poseen en forma definitiva sus tierras, hecho este que dificulta el acceso a los créditos de fomento.
Las áreas de trabajo permanentes y temporales están fuertemente concentradas en una faja de 2 a menos de 5 ha, cerca de 55% de las propiedades, los cuales también concentran el mayor contingente de personal ocupado, o sea, 10 044 personas, que corresponde a 40% del total aproximadamente.
Las asociaciones de apoyo y fomento están orientadas hacia la mejoría de los niveles de producción de las culturas tradicionales, con énfasis en patrones tecnológicos.