Respuestas
Respuesta:
espero que te sirva
Explicación:
Se trata de multitudes que juntaron sus esfuerzos, sus voluntades y sus conciencias
para buscar cambios, pero es una historia poco conocida. El desánimo que
acompañó a las primeras derrotas y el achatamiento de miras y conciencias que
acompañó a la consolidación del neoliberalismo pusieron una barrera frente a la
historia inmediata. Remover las barreras, sobre todo las del pensamiento, no es
asunto fácil. Por eso resaltamos la importancia de un trabajo como el de Raúl Borja,
no como un punto de llegada sino como el inicio de un camino, que necesariamente
seguirá siendo una tarea colectiva.
En sus páginas recorremos la trayectoria de personas, de organizaciones, de
movimientos. Sus acciones, su pensamiento, sus relaciones. A través de la
reconstrucción de historias vivas de varios movimientos y organizaciones es posible
acercarse a los aspectos que les permitieron avanzar y fortalecerse, pero también a
aquellos otros que contribuyeron a sus debilitamientos y a sus crisis. Del mismo
modo podremos calibrar y justipreciar el papel que estas vicisitudes les cupo a otros
actores que se vincularon con los movimientos sociales: la iglesia, las izquierdas, las
ong. De algunos algo se sabía ya; de otros, lo que se dice es menos conocido.
La reflexión sobre la historia resulta relevante para no perder de vista los pasos que
nos han traído hasta acá. Pero, sobre todo, para orientar los pasos que damos hoy.
Lo que se nos antoja ineludible en estos tiempos en los que, luego del cuarto de
siglo de reinado neoliberal, nos acechan otros olvidos y otras amnesias.
M.U.
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LOS 80 Y 90
La incidencia de las ONG, la Iglesia y la Izquierda
EL MOVIMIENTO SINDICAL EN LOS AÑOS 80
Empezar a tratar el tema de los movimientos sociales en el Ecuador en el periodo
indicado haciendo una reseña del Frente Unitario de los Trabajadores es un asunto
de rigor. La organización sindical en estricto sentido no es un movimiento, sino una
estructura estable y permanente de negociación de ciertos intereses, que en
Ecuador ha sido generalmente representada por una “mesa tripartita” que ponía a
jalonear a obreros, empresarios y Estado. También, por lo general, las
representaciones de los empresarios y del Estado hicieron causa común tanto para
aprobar la política salarial anual, cuanto para acordar, en coyunturas especiales, las
medidas anti-sindicales, por ejemplo, las que tomó la dictadura última en los años
70, a las que se llamó “decretos anti-obreros”.
Sin embargo de no ser en estricto sentido “un movimiento”, el frente sindical ha
sido históricamente el que se otorgó la representación del conjunto del pueblo,
mejor dicho, de las clases populares. Hablar de “los obreros” ha sido siempre, en el
imaginario popular y el discurso recurrente, referirse a la clase que defiende “a los
demás”, ante todo en las coyunturas de ajustes económicos, elevaciones de
precios, encarecimiento de los servicios públicos… y represión de los gobiernos.
Hasta corridos los años 70 del pasado siglo esto era así y de pronto empezó a dejar
de serlo. Varios motivos hubo para aquello: el giro estratégico del capital que buscó
nuevos nichos de inversión a condición de bajar el perfil de “la contraparte
negociadora”, es decir, de los sindicatos y las centrales de trabajadores, es quizás
la causa principal de ese cambio que dio lugar a que los sindicatos pierdan a inicios
de los años 80 la representación del bloque popular. Pero también hubo cierta
deslegitimación provocada por un discurso empresarial y estatal, alrededor de los
“privilegios” que defendían las centrales sindicales, situación más bien referida a las
reivindicaciones de ciertos sectores ligados a los servicios públicos, los que en la
etapa del Estado desarrollista no establecieron bien la diferencia entre laborar en
una empresa privada o en una entidad estatal, logrando en el momento de “las
vacas gordas” ventajas remunerativas y de otro tipo, insostenibles en los años 90
cuando el Estado empezó a sentir los efectos de su dependencia económica y
financiera al sector externo.