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ahí esta
Explicación:
El árbol superaba los quince metros de altura y era tan frondoso que sus verdes hojas ovaladas daban en verano una sombra magnífica. Tan fuerte y corrosiva era esa emoción, que en un arrebato de envidia decidió destruir el maravilloso árbol. Así pues, una noche de verano en la que salvo los grillos cantarines todo el mundo dormía, se deslizó entre las sombras, trepó por el muro cargado con un saco lleno de basura, avanzó sigilosamente hasta el árbol y vació todo el contenido en su base. Al concebir su macabro proyecto se le pasó por alto que cada vez que echaba restos de comida o excrementos sobre la tierra la estaba abonando, así que el resultado de su acción fue que el árbol ni se pudrió ni se secó, sino que al contrario, creció todavía más sano, más fuerte, más altivo