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A grandes rasgos, el aparato digestivo de los tiburones consiste en un tubo no excesivamente largo que comienza en la boca y termina en la cloaca. De la cavidad bucal del tiburón una indefensa sardina pasa casi directamente al estómago, dadas las reducidas dimensiones del esófago (característica que facilita la regurgitación de materiales no digeribles). Con un poco de suerte, llegará más o menos troceada y muerta, porque le aguarda una piscina de ácidos y otras sustancias destinadas a la digestión que en poco se parece a la de un balneario.
El estómago tiene forma de J y es grande y expansible, lo cual permite el almacenamiento de grandes cantidades de alimento. Esto es vital para los grandes viajeros oceánicos como la tintorera (Prionace glauca), cuyas presas se encuentran muy dispersas, con lo que puede pasarse días y días sin nada que llevarse a la boca.
En las especies de sangre fría la digestión es lenta, con un promedio de tres días; en cambio, en aquellas capaces de mantener el estómago a mayor temperatura, como el cailón o marrajo sardinero (Lamna nasus), el proceso se reduce a uno o dos.
El estómago termina en una constricción, el píloro, una especie de anillo muscular que se contrae y relaja a intervalos para permitir el tránsito hacia el intestino del alimento semidigerido. Además, actúa como un tamiz que impide el paso de aquellos materiales difíciles o imposibles de digerir, desde huesos y conchas hasta objetos tan insólitos como una lata de refresco o una bolsa de patatas fritas. Estos materiales se van acumulando hasta que el tiburón los expulsa evertiendo su estómago, es decir, dándole la vuelta como si fuese una bolsa del Froiz vuelta del revés.
En muchas especies el estómago sale literalmente por la boca hasta vaciarse por completo. A veces esto se produce de forma espontánea cuando el animal es sometido a un fuerte estrés, bien cuando se le captura (como la tintorera de la fotografía de abajo), bien, a veces, cuando se le introduce en un acuario. Hay quien sostiene que puede tratarse de una maniobra defensiva: la nube de desechos que se forma en el agua serviría para distraer la atención de un depredador potencial, o tal vez como repelente.
Al cruzar el píloro, nuestra sardina —apenas un grumo de pasta blanda y maloliente— entra en el corto duodeno y de ahí pasa al intestino, lugar donde tiene lugar la absorción de los nutrientes que se obtienen de la digestión.
En el duodeno está conectado el páncreas, una pequeña glándula digestiva bilobular que se encarga del suministro de enzimas para la digestión. También es el lugar donde desemboca la vesícula biliar, cuyo papel almacenar la bilis segregada por el hígado y suministrarla en las dosis necesarias para la digestión de los ácidos grasos.
El intestino es muy corto y voluminoso, y está dotado de un sistema casi exclusivo, la válvula espiral, así llamada porque está formada por una serie de pliegues membranosos dispuestos normalmente en forma de espiral. Su función es reducir la velocidad de circulación del alimento y, al mismo tiempo, multiplicar la superficie de absorción de nutrientes sin necesidad de alargar el intestino, como es el caso de los mamíferos (1).
Intestino abierto de un tiburón blanco abierto mostrando la válvula espiral.
El número de vueltas de la espiral varía de unas especies a otras, hasta el punto de que en ocasiones puede ayudar a distinguir especies muy próximas, como ciertos tiburones linterna (fam. Etmopteridae). Lo mismo ocurre con el diseño de la válvula: puede ser cónico espiral (fam. Parascylliidae), cilíndrico (fam. Sphyrnidae) o anular (típico de los Lamniformes). (2)
A la válvula espiral le sigue el recto, corto y amplio, en el que desemboca también la glándula rectal, el llamado "tercer riñón", cuya función es básicamente la extracción del exceso de sales en sangre.
El recto vacía su contenido en la cloaca, una cámara donde también desembocan los aparatos urinario y genital. La cloaca se abre al exterior a través del ano, abertura situada en la parte posterior de las aletas pélvicas. Los restos de nuestra sardina forman parte de una caca... en forma de espiral.
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