Por que debemos ser solidarios?
-
Ya di varias repuesta pero mi Profe no está a gusta
Por Favor ayuda!
Respuestas
Respuesta dada por:
2
todo esta aqui A menudo necesitamos que ocurra algo realmente grave o lo suficientemente impactante a nuestro alrededor para que experimentemos la magia que tiene la solidaridad. Parece un poco absurdo que seamos capaces de desperdiciar un don tan especial como lo es la solidaridad por no reconocerla como un elemento básico de nuestra vida. Lo primero que me gustaría es que viéramos el siguiente video. Se trata de un anuncio publicitario de una fundación de lucha contra el cáncer. Espero que te guste, a mí me parece genial. Igual que no necesitamos buscar razones para alimentarnos todos los días, tampoco deberíamos esperar a que ocurriese algo extraordinario para comenzar a ser solidarios. Y es que la solidaridad no es algo que yo tengo que hacer para ser bueno, para ganarme el respeto y el reconocimiento de los demás, sino que es algo tan connatural a todos como lo es el respirar. No hace falta que estemos mucho tiempo sin respirar para comprobar lo fundamental que es para nuestra vida. Bastan unos pocos segundos sin aire para irnos al otro barrio. Pues bien, la solidaridad es el aire de nuestro espíritu. Por eso hay tantas personas que andan como muertos, y es que a muchos les falta el oxígeno de la solidaridad en su alma. A mi juicio creo que hemos hecho del gesto solidario una excepción cuando más bien debería constituir lo habitual en nosotros. Si bien hoy vemos como se multiplican las galas solidarias, no podemos dejar de reconocer que en el día a día nos sigue costando ser solidarios con las causas de los que tenemos más cerca. En una sociedad tan competitiva como la nuestra parece que en lugar de optar por la interdependencia y la cooperación hemos escogido como estilo de vida el aislamiento social que acaba matando la chispa solidaria. Incluso algunos intentan convencerse a sí mismos de que lo mejor que te puede pasar en la vida es que no dependas de nadie para vivir y ser feliz. Hoy se lleva un poco eso de ser un Juan Palomo, donde cada uno se lo guisa y se lo come como le apetece. Es más, no sólo no nos gusta sentirnos necesitados y vulnerables, sino que además cuando se presenta cualquier necesidad a nuestro alrededor buscamos rápidamente una razón que justifique nuestra falta de implicación. Esto no es algo nuevo. Ya la parábola del buen samaritano en tiempos de Jesús recogía magníficamente esta experiencia. En ella tanto el sacerdote como el levita buscaron excusas para no comprometerse con el necesitado. Sólo el buen samaritano fue capaz de conmoverse ante la necesidad de su hermano y atenderlo. Éste, al parecer, es el único que descubrió que lo más grande que tenemos los seres humanos es un corazón capaz de conmoverse ante la necesidad humana. La solidaridad se define como adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros. Pues bien, hoy necesitamos mucha gente que se adhiera a las empresas de otros. Requerimos de personas solidarias, que olvidándose un poco de sí mismas, estén dispuestas a comprometerse con los demás. Demandamos testigos que nos recuerden que no hay nada más hermoso que poder devolver la sonrisa a cuantos la han perdido. La solidaridad tiene siempre algo mágico porque saca de nosotros lo mejor. Ésta es siempre una oportunidad para construir un mundo más amable y mejor. La solidaridad crea lazos que rompen cualquier egoísmo, nos enseña que estamos hechos para encontrarnos con los demás, abre las puertas a los excluidos, nos hace hermanos, rompe las cadenas de la opresión, hace que crezca el amor entre los hombres y nos regala el don de la paz. Hagamos de la solidaridad nuestra principal bandera. No nos conformemos con gestos esporádicos de solidaridad que hacen de ésta algo ridículo y que sólo pretenden tranquilizar nuestra conciencia. Recordemos que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita. Dicho de otra manera, no es más feliz el que más recibe sino el que más da. Si estuviéramos realmente convencidos de esto nuestro mundo sería muy distinto. Si conociéramos un poco mejor la fuerza que tiene la solidaridad nos convertiríamos en magos de la solidaridad capaces de regalar a todos amor y generosidad.
Jahir0310:
es de un ensayo que hice en mi secundario ojala te sirva
Preguntas similares
hace 6 años
hace 6 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años