identifica en el texto “La lucha contra la contaminación ambiental”


La lucha contra la contaminación ambiental
Sólo con un régimen de consecuencias jurídicas es
posible avanzar en la lucha por instaurar la conciencia
ecológica en nuestro país, que necesita primero de
una amplia educación del pueblo.
Si a las personas o empresas que realizan actividades
dañinas al medio ambiente se les penaliza con
dureza, no hay duda de que contribuimos a aminorar
los riesgos de la degradación de nuestros recursos
naturales.
El estado en que se encuentra el mundo por las
consecuencias del cambio climático ha disparado
las alarmas y tanto el Papa Francisco, mediante su
encíclica “Laudato, si”, como las Naciones Unidas,
en el momento actual, han puesto los focos de sus
preocupaciones en este drama.
Poco a poco, en nuestro país se han ido tomando
previsiones para reducir las emisiones de sustancias
que dañan la capa de ozono y las acciones humanas
directas sobre la capa forestal, las fuentes de agua
superficiales y las costas.
Somos de los pocos países que se han esforzado por
cumplir las metas planetarias en cuanto al control de
las emisiones de dióxido de carbono, pero todavía
nos falta mucho por instaurar, y hacer cumplir, las
normativas que prohíben la circulación de vehículos
que expelen combustibles fósiles quemados por sus
motores en las vías públicas.
Justamente ahora el Ministerio de Medio Ambiente
prepara las normas que prohíben el desguace de
barcos viejos en los ríos Ozama e Isabela, así como
el vertido de desechos industriales por parte de
empresas situadas a las orillas de esas fuentes
fluviales.
Y se están aplicando controles para evitar que
los mecánicos de refrigeradores usen sustancias
agotadoras de la capa de ozono. De igual modo,
debe de afrontarse el creciente problema de los
desperdicios de envases de foam en cañadas, ríos, el
mar y otros espacios.
En cuanto a la deforestación, los programas
desarrollados a lo largo de los años han permitido
frenar el fenómeno y hoy contamos con un territorio
ampliamente favorecido por la cubierta forestal,
diferente de Haití que ha perdido el 98 por ciento
de esta, y su población presiona para obtener
aquí el carbón que necesita para sus necesidades
energéticas, lo que se convierte en uno de nuestros
mayores desafíos ambientales.


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Respuestas

Respuesta dada por: jenniferlopez240286
2

Respuesta:

la verdad está bien difícil esa cosa

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