¿por que es importante establecer leyes que garanticen y contribuyan al respeto a la diversidad cultural en nuestro país?
Respuestas
Respuesta: La diversidad cultural es una característica esencial de la humanidad y un factor clave de su desarrollo. Colombia es un país reconocido por su compleja y
rica diversidad cultural que se expresa en una gran pluralidad de identidades y
de expresiones culturales de los pueblos y comunidades que forman la nación.
Como lo plantea la Unesco, la diversidad cultural es una característica
esencial de la humanidad, patrimonio común que debe valorarse y preservarse
en provecho de todos, pues crea un mundo rico y variado, que acrecienta la
gama de posibilidades y nutre las capacidades y los valores humanos, y constituye, por lo tanto, uno de los principales motores del desarrollo sostenible de
las comunidades, los pueblos y las naciones.
La vitalidad de la cultura colombiana radica precisamente en su diversidad, el patrimonio más valioso de la nación. Afrocolombianos, raizales,
palenqueros, rom o gitanos, pueblos indígenas, comunidades campesinas,
mestizos, y comunidades originadas en migraciones externas enriquecen el
mosaico cultural del país. De acuerdo con el censo del año 2005, viven en el
territorio nacional 84 pueblos indígenas distribuidos en 704 territorios colectivos conocidos como resguardos; existe una población afrodescendiente con
una participación superior al 10% de la población nacional y hay más de 150
territorios colectivos de comunidades negras tradicionales en la región del Pacífico; igualmente coexisten comunidades rom o gitanas, más de 60 lenguas
nativas e innumerables comunidades locales de población campesina. Los anteriores son sólo algunos referentes básicos de una nación pluriétnica que se
construye en la diversidad.
COMPENDIO DE POLÍTICAS CULTURALES
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CONTEXTO
En 1991 esta diversidad étnica y cultural fue reconocida en la Constitución Política de Colombia. Este reconocimiento se ha traducido en normas y políticas y
en numerosas acciones institucionales, pero estos esfuerzos son todavía insuficientes para crear una cultura de reconocimiento y respeto por la diferencia, y
de diálogo y ejercicio de la interculturalidad en la solución de los problemas que
conciernen o afectan a los grupos culturalmente diferenciados.
Todavía persisten entre la población prejuicios y prácticas de discriminación
y exclusión social por razones de pertenencia étnica, género, credo, características f ísicas y culturales y orientación sexual, entre otros factores.
La atención diferencial es uno de los ejes de las políticas culturales; sin embargo, se advierten, en el conjunto de la acción pública, dificultades para asumir
los retos que ésta demanda. Una de las limitaciones identificadas es la deficiencia
en la obtención de información adecuada sobre los grupos social y culturalmente
diferenciados.
PRINCIPIOS
La política pública de diversidad cultural parte de los principios constitucionales
que establecen como uno de los fundamentos de la nación su diversidad cultural;
así mismo de la obligación del Estado de reconocer, proteger y fomentar la cultura en todas sus manifestaciones y de la garantía constitucional a la libertad de
conciencia y de expresión.
Por otro lado, la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la Unesco del año 2005 señala que “la
diversidad cultural constituye un patrimonio común de la humanidad que debe
valorarse y preservarse en provecho de todos” y que, por lo tanto, su objetivo
central es “proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales”. Sobre
estas bases, la política de diversidad en Colombia valora y propende por el reconocimiento de los distintos grupos poblacionales y por el fortalecimiento de su
capacidad de apropiación, gestión cultural y salvaguarda de la diversidad de sus
expresiones culturales.
PRIORIDADES
La política pública de diversidad cultural hace un especial énfasis en grupos poblacionales específicos: las comunidades pertenecientes a los pueblos indígenas,
las poblaciones afrocolombianas, palanqueras y raizales, el pueblo gitano o rom,
y los grupos en situación de vulnerabilidad socialmente diferenciados especialmente las mujeres cabezas de hogar, los jóvenes y la primera infancia. Estas
prioridades no significan que no se tengan en cuenta otros grupos poblacionales.
Explicación: