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Gobiernos Totalitarios
Conocemos como totalitarismos a los regimenes políticos donde se restringe la libertad y el Estado ejerce por completo el poder sin ninguna restricción. Estos guardan varias diferencias con otros regimenes, ya que son dirigidos por un partido político que se comporta como partido único, y se funde con todas las instituciones del Estado. Tienen como característica principal, la exaltación de una figura con poder “ilimitado” en todos los ámbitos, y se manifiesta a través de la autoridad que se ejerce jerárquicamente. El propósito de todo esto es formar una “persona nueva” en una “sociedad perfecta”, utilizando en gran masa la propaganda, y distintas herramientas sociales como la “política secreta”.
El totalitarismo considera al Estado como un fin específico, dando entonces todo el poder a este para lograr así los planes marcados y sus estatutos. Entonces, sin consideramos al Estado como un fin, estos componentes de la política son correlativos, y como consecuencia un Estado más grande nos da un poder más grande. Por tanto, el poder del Estado totalitario lo puede todo, porque en fin abarca todo.
En cuanto al aspecto sociológico, el totalitarismo es un monismo, ya que no considera a la persona como un ser humano en sí, sino como un mecanismo u objeto que forma parte de la sociedad, es decir, que sólo cuenta como persona si forma parte del círculo social y no porque es un ser humano.
En el ámbito político es por igual un monismo, porque rige toda la estructura del poder en torno al poder político, generalmente un solo líder como mencioné en lo dicho anterior, absorbiendo los poderes que se afinan a éste y negando los que son independientes o contrarios. Se manifiesta su incalculable odio hacia la democracia, la libertad de expresión y a la igualdad política territorial. Así frente a la “falacia” de la igualdad democrática, destacando que la democracia liberal es también un tipo de totalitarismo, exhiben como ideal la dicotomía superior-inferior. Es así como se halla un imperialismo militarista intolerante a las nuevas ideas, que amarra a la sociedad por medio de propagandas comunes y muy utilizadas para promover un partido único en donde se concentre todo el poder.
En el aspecto jurídico, este régimen gubernamental tiene su propio concepto de derecho, afirmando que sólo existe un derecho positivo que el Estado otorga a las personas. Esto quiere decir, que no existen derechos naturales en las personas, por el sólo hecho de ser personas, sino porque el gobierno se los establece por el hecho de ser “herramientas” que forman parte de la sociedad. Además, se niega la existencia de dignidad en la persona, de manera natural.
En fin, lo que se busca es la formación de una jerarquía sin ningún tipo de imperfecciones, y que concentre todo su poder en un solo punto, logrando así muchos objetivos planteados a gran escala, para la creación de un imperio totalitario.