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Respuesta:
El narrador se encontraba en un edificio esperando que se fuera la tormenta de arena llamada tramontana; cuando todo parecía haber terminado decidió retirarse del lugar y se llevó una gran sorpresa cuando un gran viento estuvo a punto de matarlo a él y a su familia, pero el logró sostenerse de un poste y se salvó, el portero que se encontraba abajo murió por el viento, lo que espantó a la familia y decidieron no regresar nunca a Cadaqués
Explicación:
espero te ayude :D
Respuesta:
En este cuento Gabriel García Márquez es narrador protagonista y habla en primera persona. Cuenta el narrador que él llegó a un bar, llamado Bocaccio, y ahí vio a un muchacho que estaba siendo acosado por unos jóvenes suecos con apariencia de pandilleros, ellos golpeaban al hombre para llevarlo a seguir la fiesta a Cadaqués, un pueblo, pero el chico se resistía ir por miedo a la tramontana que una vez lo derrotó y prometió no volver a ese lugar. Luego, el narrador se fue con su familia a Cadaqués, de vacaciones, porque era un lugar deseable por los turistas. Aunque viajó con un temor grande, al ver la insistencia de aquel muchacho de no querer viajar a Cadaqués.
Estando con su familia en Cadaqués el narrador sintió la tramontana venir y un viejo vigilante que estaba terminando de sellar puertas y ventanas les contó que la tramontana era un viento fuerte que traía arena y muchos gérmenes, y la gente del pueblo decía que la tramontana traía locura. Cuando llegó la hora el viejo se sentó en su silla y miraba desde su ventana, pero Gabriel García Márquez y su familia decidió ver de cerca el viento ya que decían que ellos en donde vivían habían visto los vientos más fuertes, pero tal fue la sorpresa que cuando salieron a ver el viento los arrastró y se sostuvieron de un poste; el anciano y algunos pobladores los ayudaron y les dijeron que ese viento era muy fuerte y que todos los que habitaban allí se encerraban en sus casas hasta que Dios quiera. Al pasar la tormenta de arena, días después, les llamó la atención que estuviera a oscuras el cuarto del portero. Extrañado, tocó dos veces, y en vista de que no respondía, empujó la puerta, y soltaron un grito de espanto. El viejo portero, con sus insignias de navegante distinguido prendidas en la solapa de su chaqueta de mar, estaba colgado del cuello en la viga central, balanceándose todavía por el último soplo de la tramontana.
En el bar Bocaccio nadie pudo ayudar al muchacho que era atacado por la pandilla de suecos, ya que se lo terminaron llevando en una camioneta a Cadaqués.
Al día siguiente a Gabriel García Márquez alguien le tocó la puerta con la noticia que el muchacho que se lo habían llevado en la camioneta decidió tirarse del vehículo a un abismo y murió antes de llegar a ese horrendo lugar. {
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