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Respuesta:
Este capítulo nos cuenta cómo Jacob y Rebeca se confabularon para obtener de Isaac la bendición para Jacob que era, en verdad, la bendición que Isaac poseía reservada para Esaú. Jacob anhelaba recibir dicha bendición de su papá. El sabía que Dios había prometido a su mamá que el hijo más grande serviría al menor, por lo cual la bendición ya le pertenecía a él. No obstante, Jacob no creyó en Dios ni su mamá, Rebeca creyó en aquella promesa de Dios Es notable que Isaac, su papá, tampoco la creyó, pues si no, no hubiera tratado de pasar por elevado a Jacob, prometiéndole la bendición a Esaú.
Dios no podía usar ni el engaño ni el talento de Jacob. Como observaremos después en el relato, Dios se ocuparía de este hombre de una manera bastante concreta, pues Jacob tuvo que costear las secuelas de su pecado con la misma moneda.
Aquella alianza ha sido causa de aflicción para Isaac y Rebeca.
Explicación:
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