¿Qué consecuencias legales podría traer para ti el uso de hormonas de uso prohibido en alimentación de tu ganado?
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El uso de hormonas como promotoras del crecimiento en ganado ha suscitado entre la comunidad científica preocupaciones derivadas de los riesgos que tienen para la salud. Esta preocupación viene determinada también por el uso, poco generalizado, de pruebas analíticas sensibles que permitan identificar y cuantificar la presencia de estos residuos. Todo ello implica que no se tengan datos del alcance real del problema y que afirmaciones como la que relaciona el consumo de carne roja con la aparición de ciertos tipos de cáncer vayan acompañadas de algún que otro interrogante.
Ahora, y tras la petición de la Comisión Europea, la EFSA acaba de analizar nuevas informaciones científicas sobre el uso de ciertas hormonas y poder así revisar o no las restricciones impuestas actualmente. La organización aclara que hacen falta datos sobre los tipos y cantidades de residuos de hormonas en la carne sobre los que hacer estudios.Expertos de la EFSA han estudiado tres hormonas naturales (estradiol-17ß, progesterona y testosterona) y tres hormonas sintéticas (acetato de trembolona, zeranol y acetato de melengestrol), cuyo uso ha generado cierta controversia y que llevó a la UE, en marzo de 2002, a proponer su eliminación progresiva como agentes potenciadores de crecimiento y para incrementar la producción de leche en vacas. Antes de emitir la valoración, el Comité Científico de la UE realizó, entre 1999 y 2000, varias advertencias sobre la peligrosidad de las hormonas, algo que enfrentó a la UE con EEUU, donde el uso de estas sustancias para engorde de ganado sí está permitido.
Ahora, los expertos de la EFSA confirman de nuevo lo que ya concluían en 2002 un total de 17 estudios: que el uso de hormonas para estimular el crecimiento del ganado «supone un riesgo potencial para la salud de los consumidores». Hasta ahora, los estudios sí han permitido confirmar que la hormona beta-estradiol 17 puede tener efectos cancerígenos, por lo que su uso en la UE ya está prohibido. Para las otras sustancias, la prohibición es temporal, a la espera aún de análisis científicos más completos.