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Respuesta:
La responsabilidad con las generaciones futuras no se trata sólo de guardar algo de lo existente, sino de crear las condiciones para la creatividad futura y la libre elección. Esto implica no destruir información, ni permitir que eso ocurra sin siquiera conocerla, sea esta cultural, biológica, ecosistémica o geosistémica. En este escenario, una estrategia que pretenda ser eficaz debería prestigiar aquellos rubros libres de competencia en los grandes mercados
Explicación:
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Las responsabilidades de las generaciones actuales en relación con las futuras no deben ser reducidas a una concepción paternalista y como tal conservadora del mundo que habremos de legarles. Una postura científica en torno al tema debería pasar necesariamente por la predicción de cuáles elementos que hoy existen debemos preservar o crear las condiciones para que existan en el futuro, si es que aún no existen, pero resultaría deseable que las futuras generaciones pudieran optar por poseer. Dicho de otra forma, se trata no sólo de guardar algo –lo necesario– de lo existente, sino de crear las condiciones para la creatividad futura y la libre elección. Ello trae aparejadas algunas preguntas tales como: de qué manera abrir hacia el futuro los grados de libertad, qué preservar, y qué cantidad preservar, o sea que no es sólo un problema cualitativo (que sería relativamente de más sencilla resolución) sino un problema además cuantitativo.
La magnitud del espacio necesario para preservar a ultranza toda la información nos retrotrae con ligeras variantes a la posición inicial de preservar la totalidad de la biosfera, por lo que debemos estar dispuestos a perder información impertinente para una nueva situación del mundo, sea esta tecnológica, cultural o ecosistémica; o de lo contrario podríamos llegar a argumentar la necesidad de mantener (de forma forzada) a poblaciones humanas con todos los rasgos culturales primitivos que las caracterizan, como se desprende del enfoque de algunos antropólogos, con lo cual estaríamos dando fundamentos teóricos a una forma de apartheid.
Lo que las generaciones actuales no pueden es destruir información, ni permitir que eso ocurra sin siquiera conocerla, sea esta cultural, biológica, ecosistémica o geosistémica. Pero finalmente, ¿quién evalúa la información prescindible? Es obvio que la prescindibilidad de la información en muchos casos es dependiente de la cultura y que por lo tanto cada cultura debería contar con los medios necesarios para evaluar la información que le es pertinente por razones económicas, afectivas o religiosas.
Aquí surge entonces una de las mayores responsabilidades de las generaciones actuales, el permitir el desarrollo autónomo de cada cultura existente en el planeta atribuyéndole a cada una el mismo derecho y las mismas posibilidades de decidir sobre su ambiente. Condición necesaria para ello es el libre acceso a la tecnología existente, y libertad de opción de tecnologías, lo que a su vez requiere igualdad de oportunidades en hacer conocer la propia cultura y sus connotaciones, a través de una participación igualitaria en el acceso a los medios de comunicación.
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