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Puntualidad
Llegar a tiempo es uno de los signos más emblemáticos de la responsabilidad. Implica, por un lado, que la persona es capaz de gerenciar su tiempo de manera provechosa. Por otro lado, implica que respeta el tiempo de los demás y, por lo tanto, respeta la dignidad personal del otro.
Además, la puntualidad expresa buena disposición. Este principio se puede extender a la entrega puntual de las tareas y obligaciones requeridas en los estudios o en el trabajo.
Prevención y preparación
Estar preparado para toda situación es un signo claro de responsabilidad. Cuando una persona es responsable, anticipa los escenarios a los que debe enfrentarse y se prepara en función de ellos, mediante la adquisición de herramientas básicas, sean intelectuales o de otra naturaleza.
Las personas responsables se preparan para situaciones cotidianas así como para situaciones de emergencia. En el primer caso, un ejemplo es el estudiante que, anticipándose a la programación académica, prepara el tema con antelación antes de asistir a la clase.
En el segundo caso, podemos citar como ejemplo aquellas personas que siempre tienen al día los kits de primeros auxilios en la casa, la oficina o el vehículo.
Diligencia
La diligencia es la cualidad de actuar tan pronto como una necesidad se presenta, lo que permite dar solución al problema por un lado, y evitar que este se agrave por el otro. Es, de hecho, el principio contrario a la procrastinación, que consiste en postergar la responsabilidad hasta el último momento.
responsabilidad
Una persona responsable se compromete e involucra con las actividades que realiza. El compromiso se traduce en actitudes de atención, empeño y participación activa en la toma de decisiones y en las tareas, así como en el trato solidario y respetuoso con los demás miembros del equipo.
Proactividad
La proactividad se entiende como la actitud de tomar iniciativas creativas y saludables para dar solución a determinados problemas o para mejorar el entorno inmediato, sea familiar, escolar o laboral.
Esta actitud permite a la persona tomar rápidamente el control de situaciones que pueden, eventualmente, convertirse en escenarios de conflicto, lo que minimiza los daños o, simplemente, los evita.
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