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Se cuenta que cuando el iñachic yaya, el padre creador, decidió castigar el pecado de las personas, se presenció un gran diluvio universal, los cielos descargaron torrentes de agua que empezaron a inundar toda la selva. La gente desesperada no sabía que hacer, todas las personas que vivían en las zonas bajas empezaron a morir ahogadas.
Muchos subieron al volcán Sumaco por ser la elevación más alta de la zona y unos pocos se fueron hacia el Chiuta, un cerro pequeño que queda en la comunidad El Calvario en Muyuna. La gente que estaba en el Sumaco, se reía de aquellos que estaban en la cumbre del Chiuta, “son unos tontos, con toda seguridad los vamos a ver ahogarse” decían.
Sin embargo, la risa les duró muy poco, pues el nivel del agua a medida que llovía subía sin medida, y para asombro de todos; ¡Oh milagro! El Chiuta también crecía.
A los pocos días desapareció el Sumaco, con todas las personas que estaban trepadas en los árboles, en un gesto desesperado. En cambio, el Chiuta se había convertido en el cerro más alto, tanto que su cumbre sobresalía entre las aguas.
Cuando el diluvio cesó y las aguas bajaban su nivel, el Chiuta a la par se iba haciendo cada vez más pequeño que al final llegó a hasta su tamaño normal, que es el que conocemos actualmente.
Ahora, se dice que en las noches cuando llueve fuertemente, se escucha el llanto de los que se ahogaron en el Sumaco y las voces de júbilo de los que estuvieron en el Chiuta, el cerro donde habitan espíritus y al que pocos se atreven a llegar.