• Asignatura: Historia
  • Autor: chinanova
  • hace 4 años

Creo reconocer y odio en los alemanes en el tratado de

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Respuesta dada por: lilianagonzalez925
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A finales de 1918, los super­vivientes del ejército alemán regresaban a sus hogares tras la Primera Guerra Mundial. Desfilaban por las calles de sus ciudades derrumbados tras el paso por el campo de batalla, hambrientos, andrajosos, renqueantes. Y, como le ocurría al resto de la población, su estado de ánimo era deplorable.

Qué diferente esta imagen de la del ejército reluciente y temible que había partido orgulloso al frente en 1914, seguro de convertirse en el dominador del corazón de Europa, en el valedor de la supremacía del pangermanismo.

A principios de siglo XX, Alemania había llegado a ser una gran potencia industrial. Su economía había recibido el impulso de los medios de transporte y de las industrias química, eléctrica y armamentística. Ahora, tras muy pocos años, el país había pasado de ser el estado más fuerte de Europa a vivir una derrota deshonrosa.

Alemania había previsto un enfrentamiento corto, una guerra relativamente fácil de ganar. Sin embargo, el frente bélico occidental se convirtió en una lucha de trincheras, y el conflicto empezó a ser interminable. En 1916 las bajas alemanas ya se contaban por cientos de miles.

La prolongación del conflicto conllevó un desgaste muy serio para el Imperio y abonó el terreno para que tanto las voces contra la guerra como el germen de la vecina Revolución bolchevique (que estallaría en noviembre) se hicieran sentir en las factorías y entre los soldados de la retaguardia. La dureza del conflicto bélico había dejado exhausto al pueblo, que deseaba su fin. En las calles, la revolución alemana empezó a gestarse antes de que se iniciaran las negociaciones para el armisticio. En julio, una comisión parlamentaria presionó al gobierno para que firmara una paz aséptica, que no incluyese pérdidas territoriales ni reparaciones de guerra.

El 29 de septiembre de 1918, el general Ludendorff abogaba por el armisticio y pedía un nuevo gobierno imperial, formado sobre la base de una mayoría parlamentaria. Un gabinete así tendría la credibilidad suficiente ante los aliados para negociar una paz satisfactoria. Este gobierno se formó el 3 de octubre. El nuevo régimen, al que tuvo que avenirse el káiser Guillermo II, había nacido políticamente débil. Antes de aceptar la derrota, el Segundo Reich había jugado a toda prisa la carta de la transformación de sus instituciones políticas y militares para poder negociar la paz y eludir el protagonismo en la derrota.

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luciabecerra1988: hola
lilianagonzalez925: hola amigo recie te contesto espero que te yege la notificacion pero no me escribas porque boy a estar en clases alas 11:00 escribeme a las 12:30
lilianagonzalez925: adios
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