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Respuesta:
Justin, quien admira profundamente a un sujeto llamado Harley, ingresa al mundo de la ilegalidad a través de la falsificación de dinero (él era un excelente tipógrafo).
Justin y Harley, como era de esperar, se hacen millonarios, se codean con estrellas, dueños de periódicos y... el capitán del departamento de policía (a quien coimeaban).
Tenían todo bien organizado; bajo la fachada de una imprenta en la ciudad de Nueva York, se ocultaba su trabajo ilegal de falsificación de billetes de cinco y diez dólares.
Ahora bien, las cosas se complican cuando matan de tres disparos a Harley, quien un rato antes de ser asesinado, le pide a Justin -por teléfono- que borre las pruebas de su trabajo clandestino.
Justin, muy inteligentemente, se deshace de cualquier indicio, puesto que quema los papeles que usaban para los billetes falsos en la caldera de un hotel desconocido, y arroja desde un ferry, las planchas que usaban para falsificar los billetes.
Luego ocurre que Justin, sin su "ídolo", no sabe cómo manejarse y termina siendo torturado: primero por la policía, que quería conseguir las planchas para falsificar billetes; y luego por "el toro Mallon" y sus secuaces, que también buscaban lo mismo.
Lo cierto es que finalmente Justin es arrojado a un pantano (creían que estaba muerto), milagrosamente sobrevive, pero enloquece, puesto que cree que Harley está vivo y lo guía.
A partir de ese momento comenzará a asesinar gente, primero a una mujer con un garrote (a quien quería robarle un pan para comer); y luego, con un cuchillo de cocina, a un gran número de personas.
Su verdadero objetivo es vengarse de Mallon y sus dos "ayudantes". En su loca imaginación cree hacer una apuesta con Harley (con quien sigue "conversando"), de que sería capaz de advertir a alguien que lo asesinaría, y luego concretar el homicidio.
Dentro del juego ficcional, la voz del narrador (o sea Justin), advierte al LECTOR que, cuando éste termine de leer el cuento, será asesinado por él.
Esta cuestión de incluir al lector dentro de la ficción literaria, si bien no es el único que lo ha hecho (por ejemplo lo hizo nuestro Julio Cortázar en un cuento paradigmático de la literatura argentina llamado "Continuidad de los parques"), sirve para reforzar el PACTO FICCIONAL, esa especie de pérdida momentánea de la incredulidad que se produce, por ejemplo, cuando vemos una película y nos angustiamos cuando un personaje "muere".
Por otra parte, es muy interesante para contraponerlo al "policial inglés" (por ejemplo al eterno Sherlock Holmes), que se centra en un juego meramente intelectual. El detective y el delincuente juegan una especie de "partida de damas", la cual será ganada por el más inteligente. Recordemos que -cuando hablamos del policial científico- estamos en el siglo XIX, y en pleno paradigma positivista.
En el caso del cuento que nos ocupa, ocurre en la megalópolis, en Nueva York (en pleno siglo XX) donde impera el anonimato, y EL BIEN y EL MAL ya no aparecen tan claramente delimitados. Pensemos que los delincuentes se codean con las figuras públicas (qué actual), y la policía, el periodismo, los personajes públicos son parte de la corrupción. Pensemos que -por ejemplo en este cuento- el narrador y personaje central de la historia es el mismo asesino; y su futura víctima, el lector.
Un cuento muy indicado para los numerosos amantes de la literatura policial, cuyo centro es la resolución de un enigma.
Explicación:
espero te sirva <3