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Introducción
La hipertensión arterial sistémica (HTAS) ha sido denominada
“asesino silencioso” por ser un trastorno crónico y práctica-
mente asintomático que lesiona los vasos sanguíneos y conse-
cuentemente los órganos vitales si no se detecta ni se controla
oportunamente.1,2 ¿Qué tan asesino es el padecimiento? Pues
bien, este padecimiento constituye un factor de riesgo de car-
diopatía isquémica. La Encuesta Nacional de Salud (ENSA
2000) encontró que en México tiene una prevalencia de 30.05 %
en la población entre 20 y 69 años, la cual aumenta con la edad
hasta 59.5 % en la población entre 65 y 69 años.3
En 2008
hubo 59 801 defunciones a nivel nacional por cardiopatía is-
quémica.4
A continuación, se describirá alguna signosintoma-
tología de este padecimiento en su forma primaria no complicada
(presente en más de 90 % en los adultos), haciendo un pequeño
análisis de los mismos, pues es de utilidad tenerlos en mente en
el momento de la consulta externa institucional. Cuando ya existe
daño en órganos blanco, las manifestaciones clínicas son las pro-
pias de los órganos afectados.
Conclusiones
Aunque como en la mayoría de los padecimientos en medici-
na, no existe un dato patognomónico para hacer el diagnósti-
co de HTAS, podemos decir que en este caso quizá el asesino
no es tan silencioso, y es prudente que el médico esté alerta
ante los datos que pueda encontrar en el paciente, ya que
lamentablemente en la encuesta citada (ENSA 2000) se en-
contró que 61 % de los pacientes ignoraba el diagnóstico y
fueron detectados durante la misma, lo que aunado a que so-
lamente 19 % de los sujetos en tratamiento logró alcanzar
cifras menores a 140/90 mm Hg con el manejo, nos lleva a
considerar este padecimiento como un serio problema de sa-
lud pública en el país.