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Respuesta:
No puede existir una buena estrategia de ataque sin objetivos ni competencia. Podemos hablar de ganar cuota o de sacar del mercado a los competidores, pero siempre estaremos centrados en nuestra propia supervivencia y éxito. Algunas estrategias posibles son:
Maniobra envolvente: aplicable normalmente cuando contamos con más medios que los competidores y queremos desmontarlos mediante un ataque sorpresa. Consiste en localizar las debilidades más importantes de la competencia para atacarlas, ofreciendo lo que no ofrecen o dejando en evidencia su capacidad de reacción.
Ataque en cadena: En ocasiones un ataque directo puede ser contraproducente. Especialmente cuando descubrir las debilidades de nuestros competidores es un favor para ellos, pues disponen de muchos medios para convertirlos en fortalezas dejándonos en una posición más complicada que antes. Entonces, en lugar de atacar a nuestro principal competidor mediante un golpe frontal, podemos enfrentarnos a mercados más sencillos para ir ganando cuota, desplazando el campo de batalla a nuestro favor y obteniendo más recursos para futuras acciones. Esto es muy habitual en el terreno tecnológico.
Ataque frontal: Si igualamos la oferta de nuestra competencia en producto, esfuerzo publicitario, políticas de distribución, precio y demás, estamos planteando una pelea frontal, donde el más alto suele golpear mejor. Una vez iniciada, el contrincante se defenderá bajando precios, ofertando valor añadido, etc. Antes de empezar un enfrentamiento de este tipo debemos tener muy claras nuestras opciones de victoria y la posible capacidad de reacción del contrario. Si lo damos con todo y el contrincante se defiende con solvencia y nos devuelve un golpe demoledor, quedaremos vendidos.
Ataque bajo la defensa: imagina que eres un boxeador que lanza un derechazo a otro para medir a su contrincante. Este se cubre con su mano izquierda y parece sólida. Entonces lanzas tu zurda contra su dorso y ves que le falla la defensa derecha. Este punto débil sería el equivalente a una zona de mercado desatendida. Es donde hay que golpear duro, concentrando nuestros golpes en este punto para robarle cuota. ¿Que el líder no tiene tienda física en nuestro mercado geográfico? Saca provecho de ello, fortalece tu brazo izquierdo.
Una estrategia de ataque también se puede plantear como algo intermitente, mediante ofertas, promociones y acciones puntuales que no dejen espacio para la reacción y que van calando poco a poco en el mercado, desgastando a los competidores que se ven obligados a ir a rebufo. De hecho, esta guerra de guerrillas suele ser muy eficiente en empresas de pequeño, con la que se prepara el terreno para la verdadera batalla.
Explicación:
esto fue lo que encontre coronita porfis
Gracias
Respuesta:
Es atacar a nuestro rival de la zona más débil para derrotarlo más fácil.
Explicación:
Espero haberte ayudado.