• Asignatura: Historia
  • Autor: lilabrillo
  • hace 4 años

problemas de la corona española?

Respuestas

Respuesta dada por: kelinicol183
0

Respuesta:

d

Explicación:

administrativos aplicados por los miembros de la monarquía absoluta borbónica y los españoles, españoles de la casa de Borbón a partir del siglo XVIII en el Virreinato de Nueva España. Estas buscaban remodelar tanto la situación interna de la Península como sus relaciones con las provincias ultramarinas. Ambos propósitos respondían a una nueva concepción del Estado, que consideraba como principal tarea volver a abrogarse todos los atributos del poder que había delegado en grupos, corporaciones y asumir directamente la dirección del poder español que mostraba signos de decadencia. Las constantes guerras con Inglaterra, la corrupción y la evasión de impuestos habían contribuido al deterioro de las finanzas, mientras que las pestes y las epidemias habían producido una crisis demográfica. Ante esta situación, los monarcas fortalecieron la economía española mediante el máximo aprovechamiento de los recursos provenientes de las colonias y unificaron así su administración a través de la designación de ministros más eficientes.

Respuesta dada por: xochitldecamacho2706
0

Respuesta:

EN EL SIGLO XVIII la población había crecido y los cultivos progresado, como la cría de ganado y su exportación hacia Guadalajara y México. La costa era gran productora de tabaco, y éste constituía una fuente de riqueza, a veces trastornada por las decisiones del gobierno.

Pero el progreso y el dinamismo del siglo XVIII no pudieron resolver algunos de los problemas mayores de la sociedad nacional y regional.

En 1799, el obispo de Michoacán envió al rey un informe sobre las injusticias sociales y los problemas económicos de su región. Lo que escribió entonces vale para todo el país:

Los españoles [es decir los blancos, nacidos en América o en Europa comprenderán un décimo del total de la población, y ellos solos tienen casi toda la propiedad y riqueza del reino. Las otras dos clases que componen los nueve décimos, se pueden dividir en dos tercios, los dos de castas y uno de indios sin mezcla. Indios y castas se ocupan en los servicios domésticos, en los trabajos de la agricultura, del comercio y de las artes y oficios (artesanías e industrias). Es decir que son criados, sirvientes y jornaleros de la primera clase. Por consiguiente, resulta entre ellos y la primera clase aquella oposición de intereses y afectos que se regulan en los que nada tienen y los que lo tienen todo. La envidia, el robo, el mal servicio de parte de unos; el desprecio, la usura, la dureza de parte de los otros [....] No hay gradaciones: son todos ricos o miserables, nobles o infames.

Las dos clases de indios y castas se hallan en el mayor abatimiento y degradación. El color, la ignorancia y la miseria de los indios los colocan a una distancia infinita del español. El favor de las leyes en esta parte les aprovecha poco, y en todas las demás les daña mucho [...].

Los negros mulatos, como los indios, son tributarios y el tributo [impuesto que no pagan los españoles] viene a ser para ellos una marca indeleble de esclavitud que no pueden borrar con el tiempo ni la mezcla de las razas en las generaciones sucesivas. Hay muchos mulatos que por su color, fisonomía y conducta se elevarían a la clase de españoles si no fuese por este impedimento por lo cual se quedan abatidos en la misma clase. Ella está, pues, infamada por derecho, es pobre y dependiente, no tiene educación conveniente. En estas circunstancias debe estar abatida de ánimo y dejarse arrastrar de las pasiones, bastante fuertes en su temperamento fogoso y robusto. Delinque, pues, con exceso. Pero es una maravilla que no delinca mucho más.

La mayoría de los habitantes, con excepción del pequeño grupo de españoles venidos de la península, tenían de qué quejarse. Los nacidos aquí de españoles, los llamados criollos, si bien es cierto que pertenecían al 10% de los ricos y acomodados, se quejaban de los españoles nacidos en Europa. Estos últimos gozaban de preferencia para los puestos importantes en el gobierno, en el ejército y en el gran comercio, y despreciaban muchas veces a sus primos o parientes políticos mexicanos. Los criollos, fuertes en su riqueza y orgullosos de su cultura, sufrían mucho por tal desprecio y eran los más disgustados con la situación del país, mucho más disgustados que la mayoría pobre o miserable de la población.

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