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Respuesta:Comer de estación
Los productos frescos, de estación, no necesitan recorrer grandes distancias para llegar al consumidor como sí ocurre con los alimentos importados. Esto hace que las emisiones de transporte de CO2 se reduzcan considerablemente. Además, este tipo de alimentos saludables no necesitan cámaras frigoríficas para su conservación, ya que su consumo es casi inmediato, lo que también ahorra una gran cantidad de energía. Todas las frutas de temporada son más saludables que las criadas en invernaderos, ya que han crecido de forma natural sin el uso de productos que les ayude a crecer. De esta forma también conservan mejor sus propiedades nutricionales y su aporte de vitaminas y minerales.
Comer productos locales
La demanda de frutas y verduras de temporada fomenta también la agricultura local y ayuda a los pequeños negocios relacionados a crecer y mantener sus puestos de trabajo en entornos rurales. Producir de temporada es menos costoso que hacerlo fuera de temporada, siendo este un coste que productores locales pueden asumir. No sólo porque se evitan costes de transporte y almacenamiento; sino porque en temporada, hay mayor oferta. Todo esto significa que el consumidor final pague precios más bajos, apoye la agricultura local y coma también más saludable aparte de ecológico. Este tipo de alimentos se recogen en su punto óptimo de maduración y eso se nota en el paladar: su sabor, su color y muchos otros factores.
Comer alimentos ecológicos
Comida orgánica u ecológica (también llamada en los mercados «bio») es un término que define los alimentos destinados al consumo que han sido producidos sin productos químicos y procesados sin aditivos. Son más saludables al estar libres de residuos tóxicos procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados en la agricultura convencional para eliminar insectos o plagas y combatir enfermedades, y que a medio o largo plazo pueden dañar nuestro organismo. Al no contener substancias artificiales, los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones metabólicas. Según los especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación.
Comer desde nuestro huerto
Del mismo modo que se apuesta por los productos locales se puede participar en su producción creando un huerto ecológico para el autoconsumo. La calidad y la frescura de nuestras propias frutas y verduras bio no pueden compararse con productos refrigerados o procedentes de la agricultura convencional. Esta experiencia también te enseñará mucho sobre tí mismo y la naturaleza, aparte de poder reconectarte con ella.
Comer vegetariano o vegano
Reducir la ingesta de origen animal equivale a menos emisión de gases de efecto invernadero, algo muy positivo para el medio ambiente. La dieta vegana emite la mitad de CO2 que la alimentación carnívora. ¿Sabías que la ganadería contamina más que el transporte mundial? Es más ecológico bajar el consumo de carne que separar los residuos para reciclar, ahorrar agua y tener un coche eléctrico todo junto. El CO2, el metano y el óxido nitroso de la industria ganadera matan los océanos, dejan amplias zonas ácidas y muertas. El 90% de los peces pequeños son molidos para alimentar ganado. Contamina los depósitos de agua subterránea a causa de los vertidos tóxicos de los desechos que se producen, responsable de gran parte de la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Esto vuelve nuestros hábitos alimenticios insostenibles.
Esperamos que este pequeño artículo los ayude en ser más conscientes al momento de decidir qué poner en nuestro plato y cuándo. Hasta los pequeños gestos, aplicar uno de estos principios aunque sea una vez por semana, son un gesto por el medio ambiente.
Explicación:no si si te ayuda esto