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Respuesta:
El agua dulce es vital para la vida humana y el bienestar económico. La sociedad extrae grandes cantidades de agua de
los ríos, los lagos, los humedales y los acuíferos subterráneos para abastecer los requerimientos de las ciudades, el campo y la
industria. Nuestra necesidad de agua dulce nos hizo pasar por alto los beneficios -igualmente vitales- de mantener el agua en su
curso natural conservando los ecosistemas de agua dulce saludables. Sin embargo, hay un reconocimiento creciente de que los
ecosistemas de agua dulce funcionalmente intactos y biológicamente complejos proveen muchas materias primas de valor económico
y muchos servicios a la sociedad. Estos servicios incluyen control de las inundaciones, transporte, recreación, purificación de
residuos industriales y de desechos humanos, hábitat para plantas y animales y producción de peces y otros alimentos y bienes de
mercado. A largo plazo, los ecosistemas intactos tienen más probabilidad de conservar la capacidad adaptativa para mantener la
producción de esos bienes y servicios de cara a las alteraciones ambientales futuras, tales como el cambio climático. Estos
beneficios que brindan los ecosistemas son costosos y a menudo imposibles de reemplazar cuando los sistemas acuáticos están
degradados. Por esa razón, las decisiones relacionadas con la asignación del agua siempre deberían incluir previsiones para
mantener la integridad de los ecosistemas de agua dulce.
• La evidencia científica nos muestra que se pueden proteger o restaurar los ecosistemas acuáticos reconociendo lo
siguiente: Los ríos, lagos, humedales y el agua subterránea que los conecta son literalmente “sumideros” en los
cuales el paisaje drena. Lejos de ser cuerpos aislados o simples conductos, los ecosistemas de agua dulce están
íntimamente ligados a la cuenca o a la zona de influencia de las que forman parte, y están muy influenciados por los
usos y las modificaciones que hace el ser humano del terreno tanto como del agua. La red de cursos de agua en sí
misma es importante para la continuidad de los procesos de los ríos.
• Los patrones dinámicos del caudal que se mantengan dentro del rango natural de variación promoverán la integridad
y la sustentabilidad de los ecosistemas de agua dulce.
• Los ecosistemas acuáticos requieren, además, que los sedimentos y la línea de costas, las propiedades de calor y luz,
la entrada de sustancias químicas y nutrientes y las poblaciones de plantas y animales fluctúen dentro de los rangos
naturales, sin experimentar excesivas oscilaciones más allá de los rangos históricos, ni ser mantenidos a niveles
constantes
Explicación: