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Respuesta:
Hola
Explicación:
Luego de analizar algunos indicadores del Perú de los últimos cuatro años, como la tasa de crecimiento promedio anual del PBI (3 %), el Índice de Desarrollo Humano-IDH (0.73), empleo (512,600 nuevos empleos en los cuatro años) y pobreza (20.5 %), los retos del Gobierno en el 2019 hacia el futuro deben priorizar/potenciar el crecimiento económico con menos pobreza e informalidad. A partir de ello nos preguntamos, ¿cómo se puede lograr?, ¿cómo enfrentar esta situación?
Luego de analizar el actual panorama de la economía peruana, considero que debemos continuar con las cosas que hemos hecho bien, como:
Mantener estabilidad macroeconómica: tenemos 29 años respetando fundamentos macroeconómicos respaldados, principalmente, por el BCRP.
Continuar con énfasis en potenciar la inversión (a corto y mediano plazo) y aumentar la productividad. Estas acciones permitirán reducir la pobreza, que se genera por bajos ingresos o carencia de empleo; y reducir la informalidad laboral y empresarial, que se presenta por baja productividad, rigidez laboral (considerar los sobrecostos), inadecuada tributación y las barreras burocráticas (sobre – regulación).
Sin embargo, hay aspectos que requieren ser mejorados para crecer a tasas más altas y ver el horizonte del desarrollo económico más cercano. Algunas acciones para potenciar el crecimiento económico serían:
Consolidar las reformas institucionales, como la reforma judicial (Poder Judicial/Ministerio Público) y la reforma política (Poder Legislativo/partidos políticos). Estas contribuyen a los siguientes objetivos: eliminar la corrupción, reducir la inseguridad, asegurar el cumplimiento de la ley y la transparencia en los diferentes niveles de gestión del gobierno. Como resultado se genera el fortalecimiento de la democracia y la economía de mercado, donde los agentes económicos pueden interactuar apropiadamente para generar crecimiento económico.
Incrementar las inversiones a través de la generación de un clima de confianza para las inversiones. Se sugiere realizar una reforma del Poder Ejecutivo, donde se prioricen los siguientes aspectos: simplificación administrativa, desregulación de la economía de manera progresiva en los sectores que no lo requieren, eliminar trabas y/o barreras burocráticas y, finalmente, algo muy importante en pleno siglo XXI, digitalizar los organismos estatales, ya que estas medidas o acciones en concreto permitirán mejorar el ambiente de los negocios, bajar la informalidad empresarial y reducir la corrupción.
Aspectos puntuales
Las inversiones que tienen que priorizarse corresponden a la infraestructura, la minería y la energía. Por un lado, en cuanto a la inversión en la minería y energía, se deben tomar acciones como una atención especial a los conflictos sociales (los minero-energéticos representan el 78 % del total de conflictos socio- ambientales) y potenciar el Fondo de Adelanto Social (se debe incrementar presupuesto y regalías/adelanto canon). Así, se tendría un efecto multiplicador en otros sectores productivos, como la construcción, la manufactura y los servicios; el incremento de las exportaciones, el aumento de la recaudación de impuestos y una importante generación de empleo directo e indirecto.