Ensayo sobre que ha hecho la ciudadanía para mantener una nutrición adecuada en tiempos de pandemia
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Una alimentación saludable es muy importante durante la pandemia de COVID-19. Lo que comemos y bebemos puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones y para recuperarse de ellas.
Aunque ningún alimento ni suplemento dietético puede prevenir ni curar la COVID-19, una alimentación saludable es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. La nutrición adecuada también puede reducir la probabilidad de aparición de otros problemas de salud como la obesidad, las enfermedades del corazón, la diabetes y algunos tipos de cáncer.
En el caso de los bebés, una alimentación saludable implica lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses, con la introducción gradual de alimentos nutritivos y seguros como complemento de la leche materna desde los 6 meses hasta los 2 años y más. En los niños pequeños, una alimentación sana y equilibrada es esencial para el crecimiento y el desarrollo. En el caso de las personas mayores, puede ayudarles a llevar una vida más saludable y activa.
Consejos para una alimentación saludable:
1. Consuma alimentos variados, incluidas frutas y verduras
• Coma todos los días una combinación de cereales integrales como trigo, maíz o arroz, legumbres como lentejas o frijoles (judías), verduras y frutas frescas en abundancia, y algún alimento de origen animal, por ejemplo carne, pescado, huevos o leche.
• Siempre que pueda, elija cereales —como maíz, mijo, avena, trigo o arroz— integrales, no procesados: son ricos en fibra beneficiosa y proporcionan una sensación de saciedad más duradera.
• Como refrigerio entre horas, tome hortalizas crudas, fruta fresca o frutos secos sin sal.
2. Reduzca el consumo de sal
• Limite el consumo de sal a 5 gramos diarios (equivalentes a una cucharadita).
• Al cocinar y preparar la comida, emplee poca sal y reduzca el uso de salsas y condimentos salados (como la salsa de soja, el caldo de carne o la salsa de pescado).
• Si consume alimentos enlatados o desecados, elija hortalizas, frutos secos y frutas sin sal ni azúcar añadidas.
• Retire el salero de la mesa y pruebe en cambio a dar más sabor a los platos con hierbas y especias frescas o secas.
• Consulte las etiquetas de los alimentos envasados y elija los productos con menor contenido de sodio.
3. Consuma cantidades moderadas de grasas y aceites
• Al cocinar, sustituya la mantequilla, el ghee o la manteca de cerdo por grasas más saludables como el aceite de oliva, de soja, de girasol o de maíz.
• Consuma preferentemente aves y pescado, que por lo general contienen menos grasa que la carne de ternera, cordero o cerdo; aparte la grasa visible y limite el consumo de carnes procesadas.
• Tome leche y productos lácteos desnatados o semidesnatados.
• Evite los alimentos procesados, horneados y fritos que contengan grasas trans de producción industrial.
• Pruebe a hervir los alimentos o cocinarlos al vapor en lugar de freírlos.
4. Limite el consumo de azúcar
• Limite el consumo de golosinas y de bebidas que contengan azúcar como refrescos, jugos de fruta y bebidas a base de jugo, concentrados líquidos y en polvo, aguas aromatizadas, bebidas energéticas y deportivas, té o café listos para beber y bebidas lácteas aromatizadas.
• Coma fruta fresca en lugar de dulces como galletas, pasteles y chocolate. Si toma un postre que no sea fruta, asegúrese de que contenga poco azúcar y sírvase porciones pequeñas.
• No dé alimentos dulces a los niños. No se debe añadir sal ni azúcar a la alimentación complementaria hasta los 2 años, y a partir de esa edad solo se debe hacer en cantidades limitadas.
Respuesta:“Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”. La idea de que las dietas nutritivas y seguras favorecen la buena salud existe al menos desde la antigüedad, como atestigua esta cita, a menudo erróneamente atribuida a Hipócrates (i). En los titulares de las noticias aparece habitualmente qué debe comerse y qué no, mientras que los consumidores tratan de equilibrar consejos científicos y tendencias de marketing con sus propias tradiciones culinarias, su bolsillo y las alternativas de alimentos locales.
Ahora que hay tantas personas enfermas por el coronavirus (COVID-19), los riesgos que corren se incrementan por las dietas poco saludables que agravan afecciones preexistentes. Y en gran parte del mundo, una enfermedad es además sinónimo de pérdida de ingresos. De ahí que la pandemia haya incrementado los desafíos que enfrentan los consumidores, los productores y los encargados de la formulación de políticas en todo el mundo. ¿Qué se necesita para que la alimentación sea más sana? Las respuestas a esta pregunta son más urgentes y pertinentes que nunca.
Explicación:La dieta es un factor fundamental para el estado de salud de las personas en todo el mundo. La alimentación no es una preocupación secundaria