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“Hubo una vez una espléndida loma tendida al sol, atravesada por corrientes de aire que la refrescaban. Los purépechas la llamaron Guayangareo, que quiere decir “Loma larga y achatada”. Su clima templado y su hermosura, hicieron que los españoles levantaran allí la ciudad de Mechoacán, a la que después llamaron Valladolid. Hoy se llama Morelia en honor de uno de los más destacados héroes de la Independencia: José María Morelos”.
“Valladolid era una ciudad próspera, tranquila, labrada en cantera, tan favorecida por la naturaleza que durante la Colonia la llamaron “El Jardín de la Nueva España” por sus magníficos parques y sus majestuosas plazas. Allí, en esa ciudad, en la entrada del Convento de San Agustín, nació el tercer hijo de doña Juana Pérez Pavón, el 30 de septiembre de 1765, porque no tuvo tiempo de llegar a su casa para que naciera en mejores condiciones su pequeño; pero las monjas del convento la auxiliaron de inmediato. Ese niño era hijo de Manuel Morelos y Robles, carpintero de oficio.
Doña Juana, hija de un maestro de escuela, y don Manuel, quisieron proteger el futuro de sus hijos, asentando en sus actas de bautizo que eran “españoles”, aunque sin duda tenían sangre criolla, mestiza y, quizás negra. Lo hicieron porque en ese tiempo ser criollo o mestizo o pertenecer a alguna de las castas significaba ser hecho a un lado y no competir con los españoles por ningún puesto dentro de la administración de la Nueva España, ni siquiera de la Iglesia.
El 4 de octubre, día de San Francisco, del mismo año, bautizaron a aquel niño con el nombre de José María Teclo (Teclo viene del griego y quiere decir “Gloria de Dios”), quien vivió una infancia dura, porque cuando tenía ocho años se separaron sus padres, y porque tuvo que ayudar a su mamá en lo que podía para que comieran y vistieran sus hermanos. José María estudiaba en la escuela de su abuelo, José Antonio Pavón, quien en todo momento le exigió orden y disciplina.
Cuando José María andaba en los once años, falleció su abuelo, lo que le causó una gran tristeza porque para él había reemplazado a su padre; sin embargo, tenía el orgullo de estar bien instruido para su edad ya que había sido un alumno comprometido.
A los catorce años lo contrató como labrador un primo de su padre llamado Felipe Morelos Ortuño, quien además lo tuvo bajo su cuidado en la hacienda de San Rafael Tahuejo. La hacienda producía añil y piloncillo, y criaba ganado. Allí tuvo varios oficios, e incluso le ayudaba a su tío con la contabilidad, ya que era muy hábil para los números. Seguía estudiando por su cuenta, sobre todo la gramática, porque siempre fue un joven ávido de conocimientos, y estaba decidido a seguir sus estudios, por lo que ahorró para pagarlos.
Y aunque iba a Valladolid de vez en cuando para ver a su madre, once años después de haber llegado a Tahuejo, regresó a Valladolid para quedarse, hecho un muchachote de 24 años. Entró en el Colegio de San Nicolás, cuyo rector era entonces Miguel Hidalgo, el cura de Dolores, y al que siempre se referiría como ‘mi maestro’”.
Hasta aquí la lectura.
Ahora que sabes un poco de los primeros años de la vida de Morelos, personaje importante para la historia de México. ¿Qué cambios y permanencias identificas entre la época en que vivió Morelos y la actualidad?
Como recordarás, por las sesiones anteriores, las ideas liberales viajaron por todo el continente europeo, llegando eventualmente a América, donde influyeron en los movimientos de independencia de las colonias españolas.
Para que te guíes a lo largo de la sesión, se sugiere considerar las siguientes preguntas:
¿Cuáles fueron las causas que incitaron a los habitantes de las colonias de España en América a buscar su independencia?
¿Qué personajes difundieron y lucharon por los ideales liberales en las colonias de España en América?
Presta atención al desarrollo de la sesión y así las podrás responder.
A mediados del siglo XVIII las posesiones de España en América representaban tierras de gran riqueza, principalmente Nueva España.
Es importante recordar que las sociedades americanas tenían una organización política, económica y social con características del antiguo régimen, como una sociedad estamental, dependían de una monarquía absoluta y su economía se basó en el mercantilismo.
La corona española emprendió en América una serie de reformas impulsadas por la Dinastía de los Borbón. Su propósito consistía en recuperar el control del gobierno en las colonias y obtener mayores beneficios.
Y como era de esperarse, estas medidas causaron inconformidad en los habitantes de las colonias, sobre todo en los criollos, quienes pensaban que ellos también, no sólo los españoles, tenían derecho de gobernar la tierra donde habían nacido y tenían derecho de gozar de sus riquezas.