Respuestas
En el régimen feudal, y los cargos de obispos, abades, etc) se asimilan a señoríos asociados a unas propiedades. Son centros de poder apetecidos y disputados por los nobles.
De esta forma los obispos y otros cargos eclesiásticos dejan de ser elegidos por el pueblo, como ocurría en la antigüedad, y empiezan a depender directamente del poder civil (rey y nobles), convirtiéndose de hecho en una prolongación de éste.
A esta situación se respondió desde Roma en el siglo XI centralizando todo el poder eclesiástico en las manos del Papa, que es desde entonces el único que puede elegir obispos; de esta forma se acabó con los abusos de los años anteriores, pero también se perdió para siempre la posibilidad de que el pueblo interviniera en la elección de los cargos eclesiásticos.
La lucha por el control de las investiduras fue, tras la caída del Imperio Romano, el primer episodio importante en la lucha entre la Iglesia y el Estado en las sociedades cristianas. El siglo XI conoce el episodio de Canosa, que representa la máxima humillación del poder civil ante el Papa: el emperadorEnrique IV, excomulgado por haber realizado nombramientos eclesiásticos, peregrina y hace penitencia pública, descalzo, a las puertas del castillo donde se hospeda el papa Gregorio VII para que éste le levante la excomunión.