• Asignatura: Castellano
  • Autor: yenneedpino
  • hace 9 años

ejemplo de poemas de luis de gongora, por favor.

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Respuesta dada por: ESMERALDAPERLA
1
A CIERTA DAMA QUE SE DEJABA VENCERA CÓRDOBAA DON ANTONIO DE LAS INFANTASA DON ANTONIO VENEGASA DON CRISTÓBAL DE MORAA DON DIEGO PÁEZ DE CASTILLEJO Y VALENZUELAA DON FRAY DIEGO DE MARDONESA DON FRAY PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA Y SILVAA DON LUIS DE ULLOAA DON LUIS DE VARGASA DON PEDRO DE CÁRDENASA DON SANCHO DÁVILAA DOÑA BRIANDA DE LA CERDAA DOÑA CATALINA DE LA CERDAA FRANCISCO DE QUEVEDOA FRAY ESTEBAN IZQUIERDOA JUAN DE VILLEGASA JUAN RUFOA JUAN RUFO, JURADO DE CÓRDOBAA JÚPITERA LA ARCADIAA LA BAJADA DE MUCHOS CABALLEROS DE MADRIDA LA EMBARCACIÓNA LA MARQUESA DE AYAMONTE, DÁNDOLE UNAS PIEDRASA LA MEMORIA DE LA MUERTE Y DEL INFIERNO

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Respuesta dada por: manueljrodriguez2006
2

Respuesta:

A cierta dama que se dejaba vencer

Mientras Corinto, en lágrimas deshecho,

La sangre de su pecho vierte en vano,

Vende Lice a un decrépito indïano

Por cient escudos la mitad del lecho.

¿Quién, pues, se maravilla deste hecho,

Sabiendo que halla ya paso más llano,

La bolsa abierta, el rico pelicano,

Que el pelícano pobre, abierto el pecho?

Interés, ojos de oro como gato,

Y gato de doblones, no Amor ciego,

Que leña y plumas gasta, cient arpones

Le flechó de la aljaba de un talego.

¿Qué Tremecén no desmantela un trato,

Arrimándole al trato cient cañones?

A los celos

¡Oh niebla del estado más sereno,

Furia infernal, serpiente mal nacida!

¡Oh ponzoñosa víbora escondida

De verde prado en oloroso seno!

¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno,

Que en vaso de cristal quitas la vida!

¡Oh espada sobre mí de un pelo asida,

De la amorosa espuela duro freno!

¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,

Vuélvete al lugar triste donde estabas,

O al reino (si allá cabes) del espanto;

Mas no cabrás allá, que pues ha tanto

Que comes de ti mesmo y no te acabas,

Mayor debes de ser que el mismo infierno.

A un sueño

Varia imaginación que, en mil intentos,

A pesar gastas de tu triste dueño

La dulce munición del blando sueño,

Alimentando vanos pensamientos,

Pues traes los espíritus atentos

Sólo a representarme el grave ceño

Del rostro dulcemente zahareño

(Gloriosa suspensión de mis tormentos),

El sueño (autor de representaciones),

En su teatro, sobre el viento armado,

Sombras suele vestir de bulto bello.

Síguele; mostraráte el rostro amado,

Y engañarán un rato tus pasiones

Dos bienes, que serán dormir y vello.

Al poeta Pedro Soto de Rojas

Poco después que su cristal dilata,

Orla el Dauro los márgenes de un Soto,

Cuyas plantas Genil besa devoto,

Genil, que de las nieves se desata.

Sus corrientes por él cada cual trata

Las escuche el Antípoda remoto,

Y el culto seno de sus minas roto,

Oro al Dauro le preste, al Genil plata.

Él, pues, de rojas flores coronado,

Nobles en nuestra España por ser Rojas,

Como bellas al mundo por ser flores,

Con rayos dulces mil de Sol templado

Al mirto peina, y al laurel las hojas,

Monte de musas ya, jardín de amores.

Allá darás, rayo

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

De hospedar a gente extraña,

O Flamenca o Ginovés,

Si el huésped overo es

Y la huéspeda castaña,

Según la raza de España,

Sale luego el potro bayo.

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

De muy grave la viudita

Llama padre al Capellán

Con quien sus hijos están,

Y Amor que la solicita

Hace que por padre admita

Al que recibió por ayo.

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

Alguno hay en esta vida,

Que sé yo que es menester

Que a su querida mujer

(¡Nunca fuera tan querida!)

Tomen antes la medida

Que a él le corten el sayo.

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

Con su lacayo en Castilla

Se acomodó una casada;

No se le dio al señor nada,

Porque no es gran maravilla

Que el amo deje la silla,

Y que la ocupe el lacayo.

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

Opilóse vuestra hermana

Y diola el Doctor su acero;

Tráela de otero en otero

Menos honesta y más sana;

Diola por septiembre el mana,

Y vino a purgar por mayo.

Allá darás, rayo,

En cas de Tamayo.

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