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El misterio envuelve la casa de Benjamín Zapata, un inquieto niño de trece años que siempre ha vivido rodeado de espejos sin saber por qué. Varios acontecimientos lo pondrán al borde de la muerte y pronto descubrirá la fatídica relación entre su familia y un personaje siniestro de leyenda: la Patasola
Benjamín, el protagonista de éste cuento, vive en una casa algo extraña, está rodeado por muchos espejos que lo intimidan y por la réplica de miles de mascotas a través de sus espejos, (dos canarios, tres gatos y cuatro perros, y Benyi, el perro que siempre lo acompañó, y el regalo de Rufo, su hermano y su mejor amigo. ) Vive con sus padres, su hermano, sus mascotas y una extraña bruja que los ha acompañado desde que se mudaron a Cali.
Benjamín se cuestiona ¿por qué su casa está rodeada de espejos y animales? ¿Por qué su padre se va todas las tardes con su gabardina? ¿Por qué hay un sótano donde nadie puede entrar? ¿Qué tiene ese sótano? ¿A dónde va su papá? A lo largo de la historia, él se da cuenta de una tremenda maldición que tendrá que descubrir..
Su familia se ve amenazada por esta maldición de generaciones anteriores, basado en una infidelidad que se ha estado esparciendo por todo el país, convirtiéndose en una leyenda reconocida, como lo es La Patasola. Una mujer con capacidades para seducir a los hombres con el fin de que engañen a sus mujeres para al final poder matarlos, mordiéndoles el cuello.
Se dice que su tatarabuela Efigenia Gómez Soriano creía que su esposo, el señor, Hermebegildo Zapata, la engañaba, sin saber, ella lo engañó con Rogelio Pantrecillo, un terrateniente déspota, en la hacienda que ellos tenían en el Tolima.
Efigenia, con la excusa que estaba lavando ropa en el río, se escapaba para verse con Rogelio, y en una oportunidad, Hermebegildo –su esposo- se dio cuenta y llevado por la rabia los asesinó, a Efigenia le cortó una pierna y ella murió desangrada, sin embargo ella, antes de morir dijo que una maldición caería sobre su familia, y el barón de la cuarta generación sufriría las consecuencias, éste no llegaría a sus 14 años
Se dice que la Patasola se espanta con los espejos, espejos humeantes de obsidiana y los animales, ¿Coincidencia?
El papá de Benyi y de Rufo Evaristo, había caído en la tentación y había engañado a su mujer con Sabina, una señora rica que vive en una casa grande con grandes lujos.
Para salvar a la familia de las maldiciones de la patasola, aparte de tener espejos y animales en la casa, también los acompaña, Escolástica, quien asea la casa y hace la comida, sin embargo, también hace amuletos, posimas entre otras cosas para espantar a la Patasola.
Evaristo también engañó a su mujer con la mamá de Rufo, en pasto, pero la Patasola no pudo hacer nada, ya que engendraron un hijo, Rufino (Rufo). Así, él se fue a vivir con ellos. Por último está, Saturnina, una amiga de la mamá de Benyi, la cual visita la casa evadiendo los espejos y los animales, y se va a la cocina con ella. Entonces, hablan y se confían muchos secretos.
Todo se desencadena cuando misteriosamente Evaristo siempre se va misteriosamente del taller de vidriería donde él trabaja hasta la casa de Sabina, un día Benyi, lo sigue y por medio de Simón, amigo de rufo, el cual vive cerca donde se centraba aquel misterio. Luego, por medio de sus binoculares rufo y Benyi, se dan cuenta que su papá engaña a su mamá.
Y al final, se dan cuenta que en el sótano había un ataúd donde posee unas muletas, las que hacían que la patasola se moviera más rápido y atrapara a sus víctimas con rapidez, también habían un espejo de obsidiana, éste era el principal secreto el cual protegería a Benyi de la muerte.
Por un descuido, Benyi dejó el sótano abierto y el ataúd también, luego, siguieron a Escolástica, la cual iba a desenmascarar el engaño que tenía Evaristo con Sabina, entonces, la Patasola se apoderó de la casa,al final, Rufo, la mamá y benyi, después de un terrible incidente, regresaron apresurados a casa, benyi se encontró cara a cara con la patasola y gracias a el espejo de obsidiana y un collar que le había regalado Escolástica pudo romper aquella maldición que lo ataba.
espero a verte ayudado