Question

Cuenta una no muy antigua leyenda, que en el principio de los tiempos, cuando el universo
era habitado por el simple vacío, apareció la creación con la firme idea de crear el mundo.
Dichosa en su sabiduría y en el renacer de las cosas, venía con las ansias de poder crear un
mundo distinto a todos los otros conocidos en el universo; diferente en su esencia.
Para eso, convocó a cuatro fuerzas hermanas que formarían parte de su propósito.
Primero llamó a la Tierra. Bella fuerza vestida en tonos marrones y rojizos que habitaba en
las montañas y llanos de un inhóspito universo sin forma, plagado de oscuridades viles y
silencios tormentosos por lo árido del vacío que la rodeaba. En ella habitarían todos los seres
pensados para el desarrollo de la vida. Sería adornada por las plantas y flores más bellas vistas
que cubrirían en variados colores su superficie amarronada, que no era más que la suma de los
colores en conjunción unida. Representaría lo estable.
Cuando la creación terminó de darle forma, circular y aguda en sus relieves, mandó a traer
otra fuerza que acompañara a la primera, para así llenar los vacíos que la atmósfera de la
Tierra dejaba en su superficie.
Para ello, envió un mensajero a decirle a las brisas y vientos que se volvieran aire y
recorrieran todos los alrededores del espacio, llevando y trayendo el oxígeno necesario para
suspirar y respirar en los lugares más recónditos que formaban parte del mundo. Vestida en
trapos transparentes y lienzos suaves que flamearían por todos los cielos; agitando lo que a su
pasar tocara, representando así al movimiento de las cosas.
Cuando la creación creyó haber terminado, descubrió que no era suficiente. Si bien, el cielo y
la tierra ya tenían sus determinadas formas, no había vida todavía en ellas. La Tierra seguía
estable y el Aire se movía en la quietud.
Pasaron un par de años, mientras la creación seguía pensando y buscando aquello que
faltaba para poder darle vida precisamente a eso: a la vida.
Es así que después de reflexionar e indagar entre todos los elementos cuáles faltaban y
serían los necesarios para crear vida, decidió regalarle a la Tierra algo que le ayudaría a cubrir
su magnitud y le otorgaría una consistencia singular, dibujando en ella ríos, mares y océanos,
incluso lagos, que fluirían a lo largo y ancho del vástago mundo. Así el Agua llegaría a cubrir
todos los senderos y dimensiones cóncavas que en la tierra hubiera.
El mundo ya existía. Se movía y fluía. Pero la creación se percató de que su trabajo no había
concluido aún. Si bien había un lugar y un tiempo movedizo, la fluidez no era suficiente para
crear vida, ya que las cosas no llegaban a hacerse real, palpables o visiblemente existentes. La
Tierra seguía inhóspita, nada crecía en ella, el Aire no lograba su cometido y las aguas se
congelaban en la oscuridad que reflejaba ese abismal mundo.
Un tiempo después, cansada de buscar aquello que fuera necesario para lograr así el
alumbramiento de la vida y las cosas, la creación descubrió que lo último que necesitaba el
mundo para nacer, era una fuerza que desde su esencia le diera la energía que le faltaba,
cerrando y concluyendo así el circular mundo, metáfora eterna de la génesis.

Answer 1

Y qué quieres saber de esa leyenda?