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Nos enseñan que los malos deseos son destructivos . Algunos de los que se decían cristianos no estaban en paz entre sí, y los malos deseos eran la raíz de esa situación. Las contiendas ocasionaban trastornos entre las personas, y algunos juzgaban a sus hermanos con falta de amor. Todo ello se debía a los malos deseos que tenían. La envidia había crecido a tal punto entre algunos de ellos existía un espíritu de odio y asesinato. Como Dios no satisfacía sus malos deseos, luchaban por conseguir sus metas por sí mismos. De esto aprendemos que si tenemos malos deseos como aquellos, no recibiremos aunque pidamos, porque Dios no contesta esas oraciones.
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